martes, 21 de junio de 2022

Será nuestro secreto - Empar Fernández

El pasado 23 de abril, día de Sant Jordi, cumplí uno de mis mayores sueños: estar en Barcelona en la fiesta de los libros y las rosas. He de reconocer que llevaba las expectativas muy altas y una idea muy equivocada de lo que es esta feria, al querer compararla, por asociación, con la Feria del libro de Madrid, a la que casi todos los años acudo.

Habíamos proyectado el viaje a Barcelona como un encuentro de Yincaneras, el grupo de lectura al que pertenezco desde su origen.  Cualquier viaje desde Ribadeo (Lugo), ciudad en la que habito, es complicado, ya que en esta esquinita del noroeste ibérico las comunicaciones son malas, por no decir que pésimas y escasas… No obstante, no se me dió mal, teniendo en cuenta que tuve que hacer malabares para coger un vuelo a primera hora de la mañana en nuestra comunidad vecina, Asturias, para desde el aeropuerto de Aviles poner rumbo a la capital catalana. Llegué bastante bien, todo hay que decirlo. Estuve un fin de semana en Barcelona, de viernes a domingo. El viernes fue un día espléndido, gozamos de una temperatura primaveral, como debía de ser, y con las compañeras de la iniciativa estuvimos visitando la ciudad condal. No era la primera vez que visitaba Barcelona y, como siempre, me encantó pasear por sus calles y plazas y visitar sus monumentos.  El día siguiente, Sant Jordi, también nos hizo un día típico de primavera, claro que en la peor de sus acepciones, porque se convirtió en una jornada horrorosa en la que todos los elementos se dan cita y parecen querer cobrar protagonismo, haciéndose la competencia entre ellos a ver quien destaca más: llovió tanto que cuando alguien nos comentó que Noé había apostado su arca en el Paseo de Gracia esquina a la calle Mallorca salimos corriendo para ver si le quedaban plazas libres; vientos con tintes de huracanados y alguna que otra granizada que nos obligó en más de una ocasión a resguardarnos de cualquier manera y en cualquier lugar. Vamos, una experiencia cuasi religiosa. ¡Qué día tan espantoso! Las casetas se inundaban, los libreros se agarraban a las estructuras como los marineros a los mástiles de su embarcación durante la tormenta para que no se venciesen e incluso algunas salieron volando… De ese día, a pesar de la climatología, el recuerdo con el que me quedo es que en la caseta de Alrevés, tuve el privilegio de conocer -en persona- a la autora de la novela que hoy comento, y aunque no pude hablar mucho con ella, la impresión que me dejó fue extraordinaria.


Resumiendo, teniendo en cuenta lo ocurrido, tengo que volver nuevamente a Barcelona por Sant Jordi, porque me niego a quedarme con esa inefable impresión. 

 



Título: Será nuestro secreto

Autora: Empar Fernández

Editorial: Alrevés

Fecha primera edición: 28 febrero 2022

Número de páginas‏: ‎ 353

ISBN: 978-84-18584-28-2

 




Empar Fernández (Barcelona, 1962). Es profesora de Historia en un instituto público, columnista ocasional y novelista. En solitario ha publicado tanto novela negra con títulos como Sin causa aparente y la Trilogía de la culpa (La mujer que no bajó del avión, La última llamada y Maldita verdad, -nominada al premio Hammet y ganadora del Tenerife noir y del Cubelles Noir-) como novelas que abordan episodios de nuestra historia contemporánea, como Hotel Lutecia y La epidemia de la primavera, nominada al premio Espartaco a la mejor novela histórica.



Noa, una tímida adolescente de catorce años, desaparece tras una función escolar en el exclusivo colegio privado Sain Michael's School, al que acuden los hijos de los miembros más destacados de la alta burguesía barcelonesa como el empresario, y padre de Noa, Víctor Renom.

Cuando se hace evidente que Noa, una chica singular, no ha huido de casa, el subinspector Mauricio Tedesco pasa a encargarse del caso. Con su flema, sus silencios y su desencanto, se sumergirá en una trama que se irá enredando cuando comience a hacer preguntas y a descubrir todos los secretos que se esconden tras la apariencia, brillante e impoluta, de unas vidas expuestas al lujo y a la despreocupación, pero que también ocultan envidias, desamores e, incluso, la frustración de los deseos incumplidos.

Con una prosa directa, limpísima, siempre elegante y en ocasiones inusitadamente incisiva y poética, Empar Fernández desentraña, con el escalpelo de una mirada asombrosamente observadora, la maraña de anhelos, ambiciones y hambre de poder que mueve a unos personajes a los que retrata, sin embargo, con una gran dosis se verdad no exenta, por momentos, de delicadeza, ternura y hasta compasión.

En esa mezcla de desencanto y verismo, de realidad incisiva y, sin embargo, ausencia de rencor lo que hace de esta novela coral, al amparo de una trama criminal adictiva, una crónica asombrosamente ágil y certera de una élite atrapada en los demonios de su propia decadencia.

 


Esta es una novela coral, con muchos personajes, pero de entre todos ellos, me he permitido seleccionar a, en mi opinión, los más representativos.

Noa Renom Nasarre, es una adolescente de apenas catorce años que, tras la celebración de un concierto en su colegio, desaparece sin dejar rastro.  De origen chino, fue adoptada cuando apenas había dejado de ser un bebe.  Su delicada apariencia es la de una niña que parece tener menos edad de la que tiene, Es amable, juiciosa, en cierta manera ambiciosa, y se esfuerza lo todo lo que puede y más por conseguir que sus padres se sientan orgullosos de ella porque, a pesar de su notable inteligencia, piensa que si no da la talla la devolverán al orfanato del que la recogieron. 

Victor Renom, padre de Noa y de Raúl. A sus cuarenta y dos años es un afamado empresario de la construcción. Profesión que le viene de familia y con la que ha llegado a la cima.  Siente verdadera pasión, como padre, por Noa.

Aitana Nasarre, madre de Noa.  Profesionalmente se dedica a la decoración, campo en el que es una reconocida profesional. Aitana ama mucho a sus dos hijos, pero mientras Noa es la niña perfecta que no causa ningún problema, Raúl es hiperactivo y necesita toda su atención.

Obviamente en una novela negra, no puede faltar la parte policial, de entre todos ellos, sobresalen:

Mauricio Tedesco, dirige la investigación por la desaparición de Noa. Con sus casi sesenta años el alto y corpulento subinspector de policía está cansado y se ve viejo, pero ello no es inconveniente para, como siempre, entregarse de lleno a lo que siempre ha sido su objetivo en la vida.

Ivan Cabrera es un agente del equipo investigador.  Es tan peculiar como efectivo y entre sus rarezas destaca el que no está en su naturaleza hablar por hablar; es más, es de esas personas que no sabe conversar. Su único objetivo está en el caso en el que trabaja.  No gasta su tiempo en cuidar su imagen, ni falta que le hace, se diría que el control que ejerce sobre sus gestos y ademanes es tan rotundo que en comisaria algunos de sus compañeros le han apodado la Esfinge y, para otros, es la Momia.

 



La novela está estructurada de forma original. Comienza con dos impactante citas, para entrar de lleno en materia.  Los capítulos no son numerados, sino que llevan como título el día de la semana en que transcurre la acción y van de viernes a viernes, aunque eso sí, la autora nos lleva con mucha naturalidad al pasado de algunos de los protagonistas de la historia. Finaliza la novela con una breve lista de agradecimientos. Se ve que la autora es escueta pero muy concreta.

 



Esta novela engaña en su apariencia: es de las que parece que te las vas a leer de una sentada, pero no, su lectura es muy densa, la letra pequeña y, sobre todo, es de las que, por lo menos en lo que a mí se referiere, tienes que parar de cuando en cuando y tomar aire, pues sus 353 páginas te envuelven en una atmosfera de terror, sin despeinarse, sin mostrar ni sangre ni torturas ni esos socorridos recursos que algunos autores utilizan para ponernos los pelos de punta.

En esta novela la autora, con oraciones cortas y diálogos sucintos, nos va envolviendo en una atmósfera de terror, nos hace vivir una angustia desconcertante en el día a día que nos va narrando. Momento a momento va deteriorando la vida de unos padres que se culpan de la desaparición de su hija.


En sus páginas, nos encontramos con temas delicados que nos harán reflexionar. Desde todo lo que rodea el mundo de las adopciones, un recurso que está a la orden del día pero del que apenas hay estadísticas que informan de la integración en nuestra sociedad esas niñas chinas, a las que al nacer sus padres llevan a los orfanatos para tener la oportunidad de concebir un hijo varón que les saldrá más a cuenta al no tener que darles una dote para casarlos. 

Para continuar indagando en las relaciones de pareja y las que se establecen entre padres e hijos, pasando por esa prensa amarilla que se afana, encaramada frente a un problema, para captar la imagen más sórdida posible y así poder escribir el titular más impactante. 

También seremos testigos de cómo la autora nos hará partícipes de los problemas que se originan con la identidad sexual, agravados cuando transcurren durante la adolescencia o las consecuencias aparejadas por el consumo de drogas o alcohol. Y no serán los únicos, porque de todos ellos destacaría, sobre los demás, esa verdad universal en la que parece que todos tenemos un precio y que los que se hallan en la cúspide de esa montaña llamada Opulencia, lo pueden comprar todo, voluntades, influencias y sentimientos, mientras tapan sus miserias y esconden sus infamias como si se tratase de travesuras, en el mejor de los casos, mientras juegan con la impotencia de los más desfavorecidos. Los de siempre.

En definitiva, Será nuestro secreto es una historia exquisitamente urdida y muy bien llevada a cabo que me permito recomendar a todos aquellos/as que disfruten o, al menos sepan apreciar, lo que es una verdadera novela negra.

jueves, 2 de junio de 2022

Una tumba entre las rocas - Elly Griffiths

En Soy Yincanera, no paramos de leer. Bueno, de leer y de expresar nuestra opinión en redes sociales a medida que lo vamos haciendo, porque ese es el objetivo. En esta ocasión volvemos a viajar al condado de Norfolk de la mano de una vieja conocida, Elly Griffiths, a la que ya tuvimos ocasión de conocer en una Lectura Simultánea anterior (El umbral de la mentira) en la que nos sorprendió gratamente. De ahí que repetir con ella sea siempre una experiencia anhelada y que, a juzgar por lo dilatada de su obra (hasta la fecha se han publicado quince entregas de esta serie en el Reino Unido), se convierta en una costumbre en esta iniciativa.

 


Así que si queréis saber mi opinión, seguid leyendo.




Título: Una tumba entre las rocas

Autora: Elly Griffiths

Traducción: Jofre Homedes Beutnagel

Núm.  de páginas: 334

Editorial: MAEVA

Encuadernación: Tapa blanda con solapas

ISBN: 978-84-19110-12-1

Año de edición: 2022

 

 

Elly Griffiths nació en Londres (1.963) y trabajó en el mundo editorial durante varios años. Decidió dedicarse a la escritura cuando su esposo comenzó a estudiar Arqueología. Para su exitosa serie, con la arqueóloga Ruth Galloway como protagonista, también contó con la inspiración de su tía, que le contaba leyendas y mitos de Norfolk. Elly Griffiths ha sido nominada a varios premios literarios, entre ellos el CWA Daggar. Actualmente vive con su esposo y sus dos hijos cerca de Brighton.

 



Un equipo de geólogos que investiga la erosión costera en la bahía norte de Norfolk se pone en contacto con la doctora Ruth Galloway al hallar seis cuerpos enterrados al pie de un acantilado. La arqueóloga y el inspector Harry Nelson se unen una vez más para desentrañar el pasado, aunque la situación es de lo más incómoda, pues Nelson debe evitar a toda costa que su esposa Michelle sospeche de la relación que hay entre ellos dos. Las pruebas revelan que los cadáveres corresponden a seis hombres jóvenes que fueron asesinados hace más de setenta años. El misterio de sus muertes parece remontarse a la Segunda Guerra Mundial, una época en la que Gran Bretaña vivía con inquietud una posible invasión de los alemanes.

 

 


Al tratarse de una serie, en Una tumba entre las rocas nos encontraremos con personajes a los que ya conocíamos de antaño; no obstante, también aparecerán nuevas caras. Los primeros se irán consolidando más y más, a base de detalles que nos harán forjarnos una idea más precisa de sus personalidades. Los segundos, con más o menos protagonismo, aportarán savia nueva y nuevas tramas, más que interesantes en la mayoría de los casos. Todos ellos están muy bien perfilados, por lo que nos permitirán descubrir, en sus luces y sus sombras, toda su humanidad.

 

- Ruth Galloway, protagonista indiscutible de esta serie, tiene poco más de treinta años. Es la directora del departamento de Arqueología Forense de la Universidad de Norfolk Norte.  Es una reputada experta en huesos, descomposición y muerte. Madre soltera de una recién nacida a la que ha llamado Kate  -con el padre de la criatura, casado y padre de familia, ha llegado a un acuerdo mediante el cual no le permite ninguna aportación económica y apenas afectiva. De la crianza de su hija se ocupa ella en exclusividad, a pesar de los muchos inconvenientes que supone el compatibilizar el cuidado de un bebé con el mundo laboral, porque ya sabemos que aquello de la conciliación es pura entelequia.

 

- Harry Nelson es inspector jefe de la policía de Norfolk. Tiene un carácter muy peculiar. Ruth y él se conocieron cuando ambos colaboraron en un caso en el que se encontraron unos huesos de la edad de hierro en la marisma.  Su mujer Michelle es estilista y son padres de dos hijas, la mayor Laura y la pequeña Rebeca.

 

- Cathbad, es un personaje enigmático que, además de amigo, trabaja junto con Ruth en el departamento de Química de la Universidad de Norfolk Norte. Habitualmente viste con túnicas y, como druida que es, también es experto en materializarse en los lugares más inesperados.

 

- Shona, es su mejor o quizás única amiga. Se conocieron cuando Ruth entró a trabajar en la Universidad de Norfolk Norte. Shona es física y mentalmente todo lo contrario que Ruth pero ésta valora mucho su amistad.

 

- Tatjana, amiga del pasado de Ruth. Se conocieron en el verano de 1996 en Srebrenica, cuando Ruth viajo como voluntaria de un equipo de la Universidad de Southampton para identificar cadáveres que encontraban en fosas comunes. Tatjana estaba allí trabajando como intérprete, aunque su verdadero objetivo era encontrar los restos de sus padres y de su hijo.

 

 


Ruth Galloway sigue viviendo en Norfolk, uno de los cuarenta y siete condados de Inglaterra, en la costa del Mar del Norte. Además de con Sílex, su gato, ahora comparte su hogar con Kate, su hija de apenas unos meses de vida, en las afueras de King’s Lynn, junto a una solitaria marisma plana que desemboca en el mar.  Obviamente, la trama transcurre en sus alrededores, pues nuestra protagonista tiene su trabajo y su vida en ese lugar, en esa marisma, en la que ni siguiera cuenta con vecinos la mayor parte del año.  A pesar de ello, ella es feliz allí, claro que desde el nacimiento de su hija ha empezado a cuestionarse si es lo más conveniente. No obstante, le encanta ese entorno y está acostumbrada a la soledad, al ambiente que allí se respira y a las maravillosas vistas que le proporciona, que hacen que todo ello le compense.

 


La novela tiene una estructura sencilla, después de la dedicatoria tenemos un mapa de los escenarios de la novela, por el que nos hacemos una mejor idea del lugar en el que transcurren los acontecimientos. A continuación, tenemos un pequeño prólogo que da paso al inicio del argumento, relatado por un narrador omnisciente y estructurado en 32 capítulos. El primero de ellos se titula “Marzo” fecha en la que Ruth se encuentra en el hospital en el que acaba de dar a luz a Kate y el último, el capítulo 32 titulado “Mayo”, en el que se narra el bautismo católico de la pequeña Kate. Tras estos, están los agradecimientos.



Dicho lo cual, en Una tumba entre las rocas nos encontraremos con un equipo de geólogos que está investigando la erosión costera en la zona. Mientras observan los derrumbes producidos en uno de los acantilados, descubren una fosa que la marea ha dejado al descubierto. En la misma hallan seis cadáveres con indicios claros de haber sido ajusticiados. Ante esta evidencia llaman a Ruth, reputada experta en huesos, descomposición y muerte, quien acompañada de los policías y del equipo de geólogos que descubrió los cuerpos se proponen desentrañar y aclarar los acontecimientos que ocurrieron en el pasado.  La misión será dificultosa, principalmente debido a que, por los años transcurridos, apenas quedan testigos vivos y entre los pocos que quedan se ha establecido un código de sangre que les impide hablar de lo que allí ocurrió. Y por si esto no fuese suficiente, se suceden una serie de muertes que son muy sospechosas.

 


Esta es la tercera obra de la serie que tiene como protagonista a la arqueóloga forense Ruth Galloway. A pesar de ser la tercera, las tramas son autoconclusivas, por lo que no es necesario leer las novelas por orden, ya que, además, están muy bien contextualizadas. Eso no implica que sea preferible hacerlo desde el principio, porque siempre se encuentran detalles en cada una de ellas que son relevantes en la trama personal de los protagonistas.

 

El argumento está muy bien trabajado, tiene intriga y suspense hasta la última página. Nos descubre aspectos desconocidos de la estructura defensiva que una guardia paramilitar creada en la bahía de Norfolk para defenderse de una posible invasión del ejército alemán durante la II Guerra Mundial, pero también saldrán a colación otras situaciones, otros momentos de nuestra historia reciente tan cruentos como dolorosos.

 

Con todos estos mimbres y la buena pluma de Elly Griffiths, el resultado es espectacular.  No dejéis de leerla, es una lectura que os va a encantar. No lo dudéis.