Esta novela, es otra más que el grupo
#SoyYincanera, nos propuso leer. Como tantas veces, la sola recomendación de
las jefas me basto para apuntarme a su lectura, pues era la primera noticia que
tenía tanto de la novela como de sus autores, ya que está escrita a cuatro
manos.
Y, del mismo modo que son dos autores los encargados de transmitirnos
una historia que no deja indiferente a nadie, dos son las voces que narran la
historia que nos cuentan, la de Khaled, el padre y la de Ghada, la hija.
Título: 423 colores
Autores: Juan Gallardo y
Rafael Avendaño
Editorial: Versatil
Fecha de publicación:
noviembre de 2018
Número de páginas: 336
Presentación: Rústica
con solapas
ISBN: 978-84-17451-24-0
En la Siria de 2011 la vida se
desarrolla con toda la intensidad, la pujanza y el colorido de unos ciudadanos
esperanzados en su futuro. Ghada, la protagonista de esta historia tiene apenas
ocho años y es ciega de nacimiento. Una noche, su padre la despierta con
urgencia; tienen que ponerse a salvo porque un feroz dragón sobrevuela los
tejados de la ciudad. Narrada desde el rebosante universo sensorial de Ghada,
que intenta comprender el mundo sin entender lo que es la luz ni el color ni
los peligros que la rodean, 423 Colores es la conmovedora historia de un padre
para proteger a su hija de una de las guerras más cruentas y tenebrosas de la
era moderna, un tour de force de la imaginación para transformar una huida del
horror en una emocionante aventura.
Los autores Juan Gallardo y Rafael
Avendaño son amigos de toda la vida. Han compartido juegos de infancia,
complicidades y lecturas, incluso tocaron juntos en un grupo de rock
alternativo… pero lo que mejor hacen es escribir a cuatro manos.
Rafael Avendaño (Almería, 1973) es
ingeniero diseñador de redes de fibra óptica y autor en solitario de las
novelas La decisión (Ficcionbooks, 2012) y Los Eternos (Grupo Ajec, 2011).
Juan Gallardo (Almería, 1973) es
profesor de secundaria en Houston, TX. Antes de colaborar con Rafael, su bagaje
narrativo estuvo centrado en la crítica musical y en la divulgación de
materiales pedagógicos para profesores en EEUU.
Han publicado Todo lo que nunca hiciste
por mí (Grupo Planeta, 2014), Las flores de otro mundo (Grupo Planeta, 2016),
El prisionero (Grupo Planeta, 2016) y El último viaje de Tisbea (Versátil,
2017).
En noviembre de 2018 publican 423
colores una novela ambientada en la guerra de Siria que mezcla con maestría la
realidad y la fantasía.
Cuando recibí esta novela la primera
impresión que me transmitió la portada no me resultó muy agradable,
acostumbrada como nos tienen las editoriales a ver portadas minuciosamente
estudiadas, que inducen a la curiosidad y que llevan al lector a su compra
compulsiva. Desde luego esta no es una de ellas, pues rezuma tristeza, huída,
pero lo cierto es que al leer la novela te das cuenta de que es una imagen que
refleja fielmente el ambiente en el que se desarrolla gran parte de la trama.
La novela está narrada a dos voces: las
cartas que Khaled, escribe a Ghada y los relatos que Ghada escribe en su diario
y en tres tiempos: por un lado, el pasado, donde los recuerdos de Ghada cobran
protagonismo; por otro lado, el presente, con la huida de Ghada, Khaled, Adnan
y Doobie cruzando el Mediterráneo para llevarnos al futuro con la carta escrita
por Khaled cinco años después.
La trama gira alrededor de la vida de
Ghada desde antes y durante la guerra de Siria, en Alepo, su ciudad natal;
después durante la huida en el campamento de refugiados en Turquia y, por último,
durante la travesía del mediterráneo en busca de un futuro mejor.
Ghada. Cuando comienza la narración
Ghada es una niña de ocho años, ciega, que perdió a su madre a causa de unas
fiebres tifoideas un año antes. La pérdida de la visión le ha hecho desarrollar
en mayor medida otros sentidos como el de la audición y el del olfato, que le
producen unas sensaciones que asocia a las personas que va conociendo por el
sonido de su voz y los olores que desprenden.
Ghada quiere ser escritora y va
escribiendo en su diario todas sus vivencias y percepciones.
Khaled, es el padre de Ghada,
viudo. Trabaja como interventor en un banco y goza de una cómoda posición
económica. Viven en una zona residencial en Alepo y se dedica en cuerpo y alma
a la educación y protección de su hija, sobre todo desde la muerte de su
esposa.
Adnán, es el nieto de Ahmed un perfumero
al que Ghada y su padre conocen mientras están buscando el aroma que su madre desprendía
y que terminará viviendo con ellos.
La ciudad de Alepo, en Siria: ciudad
natal de Ghada y su familia, donde transcurren los primeros años de su vida.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986, era la ciudad más
poblada y prospera de Siria, por encima incluso de Damasco, la capital.
Su milenario casco histórico se convirtió en el principal frente de la guerra
civil de los rebeldes contra el gobierno de Bashar al-Ásad, que dejó a su paso
devastación y horror.
Un campo de refugiados en Turquía: tras
un tortuoso viaje en autobús Ghada, Adnan y Khaled llegan Turquia y son
conducidos a un campo de refugiados. Allí pasan un tiempo, hasta que Khaled,
asustado por un peligroso incidente en el que se ve envuelto, toma una
transcendental decisión y “regala” su vivienda en Alepo a un
contrabandista a cambio de tres pasajes para atravesar el mediterráneo en un
barco.
El Mar Mediterráneo. En un pequeño y
destartalado barco, parten Ghada, Adnan, Khaled y, escondido en una mochila
Doobie, con rumbo a la isla de Lesbos. En el barco, con capacidad para veinte
personas viajan veinticinco, por lo que se ven obligados a deshacerse de todas
sus pertenencias. Allí viven episodios de terror causados por las
inclemencias del tiempo y la vigilancia de la policía costera.
Granada, España, Aunque en un principio
su objetivo era ir a Alemania, finalmente acaban en esta ciudad.
423 colores es una pequeña historia, por
su tamaño, pero una gran novela por lo que cuenta y por como lo cuentan sus
autores. Tiene una trama envolvente que te traslada a los escenarios y te hace
vivirla en primera persona.
Con los relatos que Ghada y Khaled nos
van narrando vivimos desde ambas perspectivas todo lo que está pasando tanto en
Alepo como en el barco, tan diferentes, la real que está viviendo el padre como
la ficción en la que vive la hija.
Una novela intensa y dolorosa que
despierta la rabia y los sentimientos encontrados que te hacen cuestionar el
mundo en el que vivimos y en cómo se manipula la información que se nos ofrece.
Esta reseña participa en la iniciativa:
Veo que a ti también te ha gustado. Ha sido una lectura impresionante por su dureza y por su dulzura. Una llamada para que no miremos hacia otro lado ante tantos inocentes.
ResponderEliminarBesos
Ya le tenía ganas después de seguiros por la conjunta. Más convencida estoy ahora todavía después de esta preciosa reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Creo que sí algo consigue la novela es remover conciencias, y acercarnos a una realidad que se da a no demasiada distancia de nuestras cómodas vidas. Me ha encantado el personaje de Ghada y he aprendido mucho de la realidad contada por Khaled. Los autores nos han brindado una dura y bonita historia. Habrá que seguirles la pista, y también a la realidad que nos rodea, a la que en ocasiones damos la espalda desde el cómodo sillón de nuestra casa.
ResponderEliminarBuena reseña, Ángela.
Besos.
Esta historia nos ha ayudado a concienciarnos de muchas cosas y sobre todo a no girar la cabeza hacia otro sitio como si eso no fuera con nosotros. Una dura historia para una gran y triste realidad.
ResponderEliminarEs una historia que cautiva, que atrapa, que no te deja escapar. Muy duro el relato, especialmente, de Khaled, pero tan necesario... Como bien apunta Loli, 423 Colores ayuda a abrir los ojos ante una realidad que no podemos ignorar. Un abrazo.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarA mí la portada me gustó más cuando terminé el libro porque entonces entendí el contraste entre la pequeña y la pesadilla que la rodeaba pero que no le terminaba de llegar porque su padre la quiere y la protege sin medida. Sin duda ha sido una lectura preciosa y que tardará en borrarse de la memoria.
Besos!
Tendré que animarme con ella, que de nuevo no pude apuntarme a esta lectura conjunta y creo que me gustaría la historia, a pesar de lo dura que dices que resulta.
ResponderEliminarLa guerra de Siria es uno de los conflictos con los que más he sufrido durante demasiados años, la novela nos da una perspectiva mucho más cercana que lo que nos muestran las noticias, donde la guerra y sus efectos tienen el tiempo justo. Un beso
ResponderEliminarTal como a ti, me ha impresionado mucho la manera de ver la vida la niña. Desde su perspectiva, los colores no son colores sino ideas. La capacidad para oler y recordar aromas y el deseo de acompañar a su padre a cualquier lugar. Su mundo de fantasía tal como lo mencionas, ve una realidad paralela que asombra y que invita a la reflexión.
ResponderEliminarHola. Sí que es una novela dura, pero que al verlo tras la percepción de Ghada muestra una gran belleza en todo. Tiene un final potentoso que me dejó en shock y sentí un profundo dolor. Gracias por regalarnos tus impresiones. Besos.
ResponderEliminarHola! Qué duro. He sufrido mucho con la lectura. Es una lectura no solo para recordar sino para no olvidar todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. El horror por el que están pasando millones de personas, no debería caer en el olvido cuando dejan de ser noticia. Y como no todo va ser malo, reconozco que en muchas ocasiones me emocioné con Ghada y las descripciones sobre sus sentimientos. gran reseña. Besazos!!!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que es una novela dolorosa, en que despierta la rabia y muchos otros sentimientos encontrados, en una novela que remueve conciencias, y en la que la parte amable la pone el mundo de fantasia de Ghada, en contraste con la dureza de las cartas que escribe Khaled. Y sobre todo estoy de acuerdo en lo mucho que se manipula la información que se nos ofrece. Una reseña muy completa
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