lunes, 7 de enero de 2019

El taller de libros prohibidos - Olalla García


Con esta novela estrenamos un nuevo año en #SoyYincanera y resulta curioso que hayamos coincidido en cuanto a género -novela histórica- tanto para terminar el 2018 como para inaugurar el 2019. ¿Será algo premonitorio esta coincidencia o solo fruto del azar? 


En mi caso, sin problemas, porque  aunque no sea el tipo de novela que elegiría a priori, tengo que admitir que si son de la misma calidad de estas dos últimas, no tendría ningún inconveniente en pasarme leyendo media vida historias de este tipo, pues en ambos casos han sido un auténtico descubrimiento.




Título: El taller de libros prohibidos
Autora: Olalla García
Núm. de páginas: 571
Editorial: Ediciones B
Fecha publicación: 10/2018
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta
ISBN: 9788466664349





Olalla García (Madrid, 1973) estudió Historia en la Universidad de Alcalá, para la que actualmente trabaja como profesora de literatura. Ha publicado con gran éxito cinco novelas: Ardashir, rey de Persia (2005), Las puertas de seda (2007), El jardín de Hipatia (2009), Rito de paso (Ediciones B, 2014) y En tierra de Nadie (2016). También ha traducido al castellano numerosas obras de autores clásicos y modernos. Desde hace diez años colabora estrechamente con diversas editoriales como escritora, traductora y lectora.
(Datos facilitados por la editorial)




Alcalá de Henares, 1572. La joven librera Inés Ramírez acaba de quedar viuda y ha de ponerse al frente del negocio familiar. Pronto descubre que su esposo poseía la clave de acceso al único ejemplar de un libro prohibido, cuya desaparición había sido ordenada por el poder político y la Iglesia siglos atrás.

Con la colaboración de Pierre Arbús, un oficial de imprenta francés, inicia la investigación. Tendrá que tratar con personajes de todo tipo: maestros impresores, eruditos, delincuentes, nobles de alta cuna... Y todo bajo la sombra omnipresente de la Inquisición, que vela por controlar el pensamiento y la palabra, y la estricta censura de Felipe II.
(Datos facilitados por la editorial)


La novela está estructurada en un preámbulo con varios extractos de la pragmática de fecha 7 de septiembre emitida por Felipe II y se divide en tres partes, con sus correspondientes capítulos y por último nos encontramos con dos apéndices; el primero contiene la Dramatis Personae y el segundo un glosario en el que, según nos indica la autora, se incluyen vocablos que están en desuso y otros que en la novela se emplean con un significado distinto al acostumbrado. Ambos apéndices son de una gran utilidad.

Esta presentada en tapa dura con una sobrecubierta que alude a la trama que en ella se desarrolla, de una gran belleza y una edición muy cuidada.


Es una novela que se lee muy bien. A ello ayuda en gran manera su cuidada edición y, principalmente, la trama que, aunque se trata de una novela histórica en la que la mayoría de los personajes son reales, la autora ha plasmado una historia con mucho suspense y unos giros argumentales muy conseguidos.



Así, nos encontramos con una novela muy visual, en la que tanto la historia como la intrahistoria, la ambientación y los personajes, caminan de la mano y a la misma altura, pues en todos los aspectos la autora ha sabido derrochar talento, para hacernos sentir testigos de excepción en un momento y un lugar fascinante.


La autora nos pasea por las calles de la ciudad de Alcalá de Henares. Nos describe con todo lujo de detalles los barrios, las casas, etc. 

Y es que Olalla García nos traslada a la Alcalá de Henares de 1572. Una ciudad en la que a raíz de la creación por el Cardenal Cisneros, en 1499, de un Estudio de Escuelas Generales, (antecedente de su famosa Universidad), la cultura y la ciudad caminaron juntas.

Con la Universidad, llego también a Alcalá de Henares la imprenta.  A raíz de este hecho histórico, durante el siglo XVI la ciudad se convirtió en una "metrópoli libraria", con numerosos profesionales e industrias relacionadas con el mundo de los libros (impresores, editores, libreros, batidores, componedores, copistas, correctores, encuadernadores, grabadores, tiradores…).

Fue tal la importancia de las imprentas y librerías en Alcalá de Henares, que hay una fuente monumental dedicada a los "impresores de Alcalá", en la plaza Alfonso XII. Y una placa dedicada a la imprenta de Juan Gracián, (uno de los personajes de la novela), donde se publicó la primera edición de "La Galatea” de Miguel de Cervantes, en 1585.

La primera obra impresa en Alcalá de Henares, en 1502, fue “Vita Christi”

aunque la más importante fue la “Biblia Políglota Complutense” publicada en 1517, que exigió diez años de preparación y cinco para su impresión.

Alcalá de Henares, reconocida por la Unesco en 1998 como Ciudad Patrimonio de la Humanidad es un escenario ideal para situar la trama, y la autora, que se ve que la conoce como la palma de su mano,  y nos pasea por esa ciudad medieval, por sus tres barrios: judío, musulmán y cristiano, cuya arquitectura, al día de hoy, se conserva prácticamente intacta y nos hace sentir como era la vida en ese lugar y en ese momento y desear visitarla o, como es mi caso, volver allí y descubrir sus calles, sus iglesias, conventos, su muralla y perderme entre ellas unas cuantas horas.


Tal y como podemos ver en la Dramatis Personae, que se incluye, una gran mayoría de los personajes que intervienen fueron personas reales, que existieron y ejercieron los puestos y trabajos que en la novela se indican.

Todos ellos están dotados de una gran carga dramática, pero destacan principalmente:
Inés Ramírez, la joven viuda que se ve obligada a sacar adelante el negocio familiar heredado a la muerte de su esposo.


María Ramírez, hermana de la anterior, a la que la autora le ha dotado de una fuerte y atractiva personalidad por lo que es muy fácil empatizar con ella.

Pierre Arbús, el francés, tirador de imprenta, que vive bajo la amenaza de la Santa Inquisición.

Y muchos más, todos ellos muy bien perfilados tanto en lo físico como en lo personal, que nos permiten conocer sus miedos, sus sentimientos, sus necesidades o bien la dureza de la vida cotidiana de la época.


Como he comentado al principio, es una novela en la que sin olvidar el género en el que se encuadra, nos cuenta una historia real, obviamente con la necesaria dramatización, que consigue enganchar al lector porque es absorbente, hasta el punto que es tanta la tensión que se genera en la trama que llegamos a olvidarnos de estar leyendo una novela histórica, por toda la incertidumbre que se respira en muchos momentos.

Se aprecia una gran labor documentalista en la autora, que se hace palpable continuamente, ya sea por las descripciones del entorno, de la vestimenta de los personajes, de las costumbres de la época o bien por  las normas por las que se regía confección y la comercialización de los libros, el uso que se les daba, los materiales con los que se confeccionaban, etc. etc.

Por todo ello me permito recomendarla, ya que estoy segura de que, como a mí, como poco os sorprenderá muy positivamente

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