Conseguí esta novela mediante el sorteo que #Soy Yincanera organizo a últimos de
noviembre pasado; fue un sorteo, como todos los que hacen Kayena y Carmina
muy simpático, pedían que pusiésemos, en un hashtag que crearon en twitter,
frases para levantar el ánimo a una persona, yo hice unos fototuits de este
tipo:
Tras recibir la novela, a mediados de diciembre, antes
de empezar la lectura simultánea, aprovechando la proximidad de las fiestas
navideñas, hicimos una “campaña publicitaria” en la que aportamos lo que
pudimos, este es uno de los fototuits que puse:
Y después iniciamos la lectura simultánea, dejando
nuestros comentarios en el mencionado hashtag
Como podéis ver #Soy Yincaner@, organiza unos sorteos diferentes
y hay que “curarrarselo” pero el resultado es muy divertido y gratificante, por ello aprovecho para dar las gracias a Carmina y a Kayena.
Y vamos con la reseña.
Ficha Técnica:
Título: Basta
con vivir
Autora: Carmen Amoraga
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: Ediciones Destino
ISBN: 9788423352876
Número de páginas: 320
La autora:

Es autora de Para que nada se pierda (1977 II Premio de
Novela Ateneo Joven de Sevilla. Siguieron La larga noche, Premio de la Crítica
Valenciana, Algo tan parecido al amor,(finalista del Premio Nadal de Novela 2007), El tiempo mientras tanto (finalista
del Premio Planeta 2010), El rayo dormido (Destino 2012) y La vida era eso
(premio Nadal 2014) entre otros.
Fuente: Solapa de la novela
Sinopsis:
Pepa es una mujer madura en quiebra emocional. Siente
que ha malgastado su vida y culpa al mundo de su aparente desgracia. Sola,
enfadada y amargada, siente como una herida la felicidad del resto, y para
protegerse del dolor no encuentra otra forma que vivir dentro de una coraza que
oculta sus verdaderos sentimientos.
Durante unas vacaciones forzosas, Pepa se ve obligada a
reflexionar y a tomar consciencia de los errores que la han llevado a estar
donde está. Justo cuando comienza a reconciliarse con sus recuerdos, empieza a
observar a una chica embarazada que toma el sol a diario en un banco de la
misma plaza en la que Pepa pasea a su perro. Esa joven es Crina, que vive una
tragedia ante los ojos impasibles de una sociedad que no quiere verla.
Crina llegó a España engañada por su propia pareja, que
la vendió a una red de trata de blancas, y ahora esa red planea vender al bebé
que espera. Pepa, inmersa en el proceso de rehabilitación de su invalidez
emocional, es la única persona que puede ver más allá de lo que se ve, y decide
volcarse en ayudar a esa desconocida.
Fuente: Contraportada de la novela
Mi opinión:
Tengo que reconocer, muy a mi pesar, que esta es la primera novela de Carmen Amoraga que he leído y como intrínsecamente acabo de reconocer que tras esta lectura he lamentado haberme perdido a una autora muy interesante, entre mis propósitos de Año Nuevo (¡qué lejos quedan estas cosas a estas alturas de mes!) añadiré el buscar y leer alguna novela más de la autora.
Muchas son las cosas que me han llamado la atención en esta novela. Las resumiré brevemente para luego desarrollarlos un poco más:
1.- Por un lado, hay dos tramas que van en paralelo, muy diferenciadas por los temas que tratan y que sin embargo consideras imprescindibles porque llegan a gustarte tanto que no podrías descartar una para quedarte con la otra, a pesar de ser situaciones totalmente dispares.
2.- Por otro lado, estarían las protagonistas: tanto Pepa como Crina me han tenido en vilo durante toda la lectura. Sus historias nada tienen que ver y quizás sea ese el mayor acierto del libro. Eso y que sus situaciones particulares se van alternando, porque cuando las circunstancias de una te pueden llegar a saturar, comienza un capítulo nuevo y te acerca a la otra.
3.- La manera de escribir de la autora; es decir, su estilo. Me ha parecido muy correcto: sencillo y directo, sin florituras, pero haciendo uso de una serie de recursos literarios que me han llegado a sorprender.
4.- Los temas que trata la novela, muchos y variados y sin necesidad de aleccionar a nadie.
En lo referente a las tramas, hay dos, tantas como protagonistas. Por un lado, tenemos a Pepa, una mujer madura que ha malgastado su vida entre rencores y a la que la vida parece querer darle una oportunidad de nuevo al verse ante la coyuntura de unas vacaciones forzosas.
Descubre en ese momento que le sobran horas al día porque la soledad es su única compañera y puede resultar excesivamente pesada. Empieza a tomar conciencia de que necesita ayuda y la encuentra en la consulta de una sicóloga. Y será precisamente mientras dura la terapia cuando la vamos a ir descubriendo en su esencia. La mujer amargada acabará pareciéndonos divertida. Sus filias (las menos) y sus fobias (las más), saldrán a la luz y entenderemos sus razones, aunque no las compartamos, mientras el libro se nos va de las manos, porque es de lectura ágil.
El contrapunto lo pone Crina, una joven rumana a la que su novio engañó para luego venderla a unos proxenetas. El relato de la muchacha es estremecedor, porque no cuenta nada nuevo que no sepamos por los medios de comunicación. Solo cambia el tono, ese modo de narrar que tiene esta mujer que es capaz de describirte los más viles ultrajes con una exquisitez que ya la quisieran muchos. Del mismo modo que asistimos a las rutinas cotidianas de Pepa, similares a las de cualquier mortal porque no deja de ser ese tipo de personas que el que más o el que menos siempre ha tenido cerca, las de Crina son de quitarte la respiración: desde las escenas con clientes o el trato que reciben en la casa donde residen las prostitutas, a lo que las hacen cuando se quedan embarazadas, porque en este submundo no se respeta nada que se puede vender o matar.
Tengo que reconocer, muy a mi pesar, que esta es la primera novela de Carmen Amoraga que he leído y como intrínsecamente acabo de reconocer que tras esta lectura he lamentado haberme perdido a una autora muy interesante, entre mis propósitos de Año Nuevo (¡qué lejos quedan estas cosas a estas alturas de mes!) añadiré el buscar y leer alguna novela más de la autora.
Muchas son las cosas que me han llamado la atención en esta novela. Las resumiré brevemente para luego desarrollarlos un poco más:
1.- Por un lado, hay dos tramas que van en paralelo, muy diferenciadas por los temas que tratan y que sin embargo consideras imprescindibles porque llegan a gustarte tanto que no podrías descartar una para quedarte con la otra, a pesar de ser situaciones totalmente dispares.
2.- Por otro lado, estarían las protagonistas: tanto Pepa como Crina me han tenido en vilo durante toda la lectura. Sus historias nada tienen que ver y quizás sea ese el mayor acierto del libro. Eso y que sus situaciones particulares se van alternando, porque cuando las circunstancias de una te pueden llegar a saturar, comienza un capítulo nuevo y te acerca a la otra.
3.- La manera de escribir de la autora; es decir, su estilo. Me ha parecido muy correcto: sencillo y directo, sin florituras, pero haciendo uso de una serie de recursos literarios que me han llegado a sorprender.
4.- Los temas que trata la novela, muchos y variados y sin necesidad de aleccionar a nadie.
En lo referente a las tramas, hay dos, tantas como protagonistas. Por un lado, tenemos a Pepa, una mujer madura que ha malgastado su vida entre rencores y a la que la vida parece querer darle una oportunidad de nuevo al verse ante la coyuntura de unas vacaciones forzosas.
Descubre en ese momento que le sobran horas al día porque la soledad es su única compañera y puede resultar excesivamente pesada. Empieza a tomar conciencia de que necesita ayuda y la encuentra en la consulta de una sicóloga. Y será precisamente mientras dura la terapia cuando la vamos a ir descubriendo en su esencia. La mujer amargada acabará pareciéndonos divertida. Sus filias (las menos) y sus fobias (las más), saldrán a la luz y entenderemos sus razones, aunque no las compartamos, mientras el libro se nos va de las manos, porque es de lectura ágil.
El contrapunto lo pone Crina, una joven rumana a la que su novio engañó para luego venderla a unos proxenetas. El relato de la muchacha es estremecedor, porque no cuenta nada nuevo que no sepamos por los medios de comunicación. Solo cambia el tono, ese modo de narrar que tiene esta mujer que es capaz de describirte los más viles ultrajes con una exquisitez que ya la quisieran muchos. Del mismo modo que asistimos a las rutinas cotidianas de Pepa, similares a las de cualquier mortal porque no deja de ser ese tipo de personas que el que más o el que menos siempre ha tenido cerca, las de Crina son de quitarte la respiración: desde las escenas con clientes o el trato que reciben en la casa donde residen las prostitutas, a lo que las hacen cuando se quedan embarazadas, porque en este submundo no se respeta nada que se puede vender o matar.
Solo un halo de esperanza parece brillar cuando se queda embarazada y
sus jefes deciden vender al fruto de sus entrañas. La llevan entonces a una
especie de piso franco y la ponen al cuidado de una ex-prostituta y su
pseudofamiliar hasta que llegue el momento del parto. Los momentos de angustia
llegarán entonces a rozar el límite porque vemos como día a día las fuerzas de
la joven irán flaqueando.
En cuanto al estilo, deciros que me ha enamorado, tanto en la parte trágica (que suele correr más de la parte de Crina) que en la cómica (porque una vez que se le coge el punto a Pepa, tiene unas caídas que te sacarán más de una carcajada). Os voy a poner un ejemplo del inicio de la novela, en el momento más sombrío de Pepa para que veáis la forma tan original de narrar que tiene en una simple escena cotidiana, que es más seria de lo habitual, aviso, pero que tiene visos de declaración de intenciones:
“En la habitación oscura, una mujer trata de dormir sobre una cama que cruje.
La mujer que trata de dormir en la cama que cruje se remueve, inquieta. Le molesta el quejido del somier, que lamenta con tristeza cada uno de sus movimientos, los de esa noche y los de todas las noches que la mujer que trata de dormir intenta conciliar el sueño en la misma cama en la que nació, hace ya demasiado. ¿Cuánto? Demasiado. No es que piense en la muerte, pero la vida le cansa.
La vida cansa a la mujer que trata de dormir en la habitación oscura en una cama que cruje, seguramente porque por las noches apenas cierra los ojos un par de horas, justo antes de que amanezca y el despertador suene a las siete, y antes a las siete menos cuarto y antes a las seis y media, porque entonces, cuando es preciso que se levante, sí que tiene sueño.”
En este caso, como podéis observar se trata de repeticiones diseminadas que persiguen enfatizar una idea precisa: una mujer trata de dormir en una cama que cruje. A mi me ha deslumbrado este juego de palabras, pero los hay para todos los gustos y, la mayoría de ellos, con mucho sentido del humor.
En lo referente a Crina, que vive una situación insostenible, el lenguaje es más serio, aunque ello no es óbice para que también sea natural:
“Pero quiere vivir. Por eso concentra todos sus recuerdos en ese viaje de autobús, en esa revista médica, en esa mochila llena con la cazadora y los libros y el bocadillo de queso; en ese novio que la quería a ella y en esa madre que la quería a ella, y en esa ella que iba a cumplir todos los sueños que tenía desde pequeña y sería doctora en una aldea y a lo mejor tenía un perro y una cabra y un oso en una casa en las montañas nevadas y cinco hijos. Cinco. Lo demás no es nada. No existe. Es negro. Es una noche que empieza. Así lo ha elegido ella”
Para terminar, me gustaría hablaros de los temas que toca la novela, que no son pocos y que te hacen reflexionar sobre distintos aspectos de la existencia.
Al
mencionado de la soledad que sufre Pepa, buscada, deseada o merecida, porque se
ha pasado la vida echando de su lado a aquellos que la querían y distorsionando
sus recuerdos, pero que también se puede extrapolar a la que sufren nuestros
mayores, porque las escenas que transcurren en la residencia donde ella trabaja
dan para todo un debate, habría que añadir el de la prostitución,
excelentemente tratado en la novela, junto con el de la trata de blancas, que a
fin de cuentas es producto de la anterior.
Sin embargo, me quedo con esa
invitación a vivir la vida plenamente, porque deja un poso de esperanza en el
que en cualquier momento y a cualquier edad esto es posible, ya que Basta con
vivir es un libro optimista, que te hace creer en la solidaridad humana,
nuestra única arma con la que se puede combatir todo lo malo que se ha ido
construyendo en esta sociedad tan compleja que nos ha tocado vivir.
Conclusión:
Hay novelas profundas, intensas, dramáticas en las que la trama y las emociones te hacen vivir momentos inolvidables, pero que sabes que tu jamás podrías vivir y sin embargo en esta novela, aparentemente ligera y sencilla, la autora consigue trazar una gran historia con situaciones y personajes como Pepa que cualquiera de nosotros parece reconocer en alguien de su entorno.
Conclusión:
Hay novelas profundas, intensas, dramáticas en las que la trama y las emociones te hacen vivir momentos inolvidables, pero que sabes que tu jamás podrías vivir y sin embargo en esta novela, aparentemente ligera y sencilla, la autora consigue trazar una gran historia con situaciones y personajes como Pepa que cualquiera de nosotros parece reconocer en alguien de su entorno.
Y no me
refiero únicamente a esa amargura que al principio parece sostenerla, sino a
esa manera de autoengaño, de querer enmascarar la realidad de los hechos para
seguir sobreviviendo. Sin embargo, hay que ser muy valiente para admitirlo,
para buscar ayuda cuando todo hace aguas y emprender el camino de la superación
personal. Porque Basta con vivir es, precisamente, una novela de crecimiento
personal y nosotros seremos conscientes de ese cambio profundo.
También Crina
tendrá su particular bajada a los infiernos, también tocará fondo antes de
emprender el camino de regreso, aunque su historia, sin lugar a dudas, es más
sobrecogedora, porque pone en tela de juicio uno de los grandes problemas de la
sociedad actual al que miramos de soslayo, porque implicarse en ellos,
entendemos, solo puede traernos problemas. Y quizás por esto esta novela es tan
especial, porque una persona normal y corriente, con las pocas armas con las
que puede contar, que no son otras que su empeño y determinación, es capaz de
dar ese paso, porque a veces, querer ayudar a alguien, nos ayuda más a nosotros
mismos.
Esta reseña participa en la iniciativa #SoyYincanera

Hola, me ha encantado tu reseña Ángela. A mi también me ha sorprendido el estilo sencillo que tiene la autora y qué bien cuenta cosas tan cotidianas, de una forma tal, que te hace darle a la cabeza. Nos vemos en la próxima. Un beso.
ResponderEliminar¡Hola, Ángela! Qué convincente. Creo que con tus palabras has descrito perfectamente qué se puede encontrar uno en esta magnífica novela: originalidad, estilo, cercanía, reflexión, esperanza, optimismo, solidaridad... Por esto, y por muchas cosas más, es especial. Un gran abrazo.
ResponderEliminarPoco más puedo decirte que lo que te comentar Domi y Ana M., porque es verdad que has sido muy convincente y que has descrito todo lo que podemos encontrar en esta novela tan especial.
ResponderEliminarUn beso.
¿Qué más puedo decir? Una reseña de diez,totalmente de acuerdo,en definitiva:hay que leerla.Besotes
ResponderEliminarPor tardona ya te han dicho todo lo que se puede decir de tu reseña, me ha gustado como la has planteado, empezando por el sorteo, pasando por la lectura simultanea y finalmente dando tus impresiones. En las que has estado muy acertadas, solo decirte que ese recurso que usa para enfatizar una idea, esas repeticiones a mi me molestaron bastante, me sacaron de la lectura y así se lo comenté a la autora en el Club de lectura de Cosas&Musas
ResponderEliminarUna reseña muy completa y convincente que creo que animará a leerse un libro que personalmente me ha llegado muy dentro.
ResponderEliminarBesos
Es que es una gran novela. Las protagonistas llegan al fondo del lector. Besitos
ResponderEliminarÁngela, que reseña mas larga y mas completa, me ha encantado todo lo que dices y como lo cuentas. Un beso
ResponderEliminarMe gusta Amoraga y no me importaría leer esta novela. De hecho pensé que lo haría pero... En fin, que tu reseña se une a otras tantas que ponen el libro muy bien. Besos
ResponderEliminarSe nota que lo hemos disfrutado, y nos han quedado ganas a todos de seguir acercándonos a la obra de Carmen Amoraga. Me ha gustado volver a ver tus foto-tuits que tanto juego dieron en twitter. Por lo demás, reseña muy acertada, y que ha sabido plasmar qué plantea el libro y cómo lo hemos devorado. A mí sí me gustó el recurso de las repeticiones que usa la autora, más que sacarme del texto, me hacían gracia y me hicieron que entrara en él. Debo decir que me sorprendió gratamente.
ResponderEliminarMe quedo por aquí.
Besos.
Hola,
ResponderEliminarpara mi también fue la primera novela de la autora y me encanto como escribe,me dejo con ganas de más.
Besos