Hace ya tanto tiempo
que no hacía ninguna reseña que me ha costado terminarla lo que nadie se puede
imaginar y es que, me deje llevar de un arrebato y sin pensarlo dos
veces, me comprometí a participar, por primera vez en mi vida, en un
reto: la Yincana Histórica que los blogs "Negro sobre blanco" y
"De tinta en vena" han organizado, así que no me ha quedado otra que
ponerme a trabajar y aquí os dejo mi primera aportación, espero que no sea la
única...
Título: VOLVER
A CANFRANC
Autora: Rosario
Raro
Editorial: Planeta
ISBN: 978-84-08-13969-0
Páginas: 512
Presentación: Tapa dura con sobrecubierta
La autora:

María Rosario Raro López, Segorbe, 1971, es
Doctora en Filología, escritora y profesora de creación literaria. Su tesis
trata sobre las estrategias de escritura en internet. Dirige el Curso de Escritura Creativa de la
Universidad Jaume I de Castellón desde su fundación en 2004 y además imparte
clases sobre esta materia en distintas instituciones y ciudades.
Es postgraduada en Comunicación
Empresarial por la Universitat Jaume I y en Pedagogía por la Universidad de
Valencia.
Vivió durante más de diez años en Perú
donde estudió en la universidad Mayor de San Marcos y la Pontificia Universidad
Católica.
En 2009 fue una de las dos españolas
finalistas del concurso de escritura literaria Virtuality Caza de letras de la
UNAM de México y Alfaguara.
Con su obra literaria ha conseguido numerosos premios
internacionales (Ciudad de Huelva, Magda Portal del Ministerio de la Mujer de
Perú, Cruzando Culturas, Ateneo Ciudad Galdós de Las Palmas de Gran Canaria,
Igualdad de Aranda, Mujer Kimetz Elkartea de Ordizia, Tecnocuentos de RNE,
Palabras de Mujer, etc. Fue finalista del premio Internacional de novela Vargas
Llosa de la editorial Alfaguara). Ha sido traducida al catalán, al japonés y al
francés. En abril de 2015 publicó con la editorial Planeta su novela Volver a
Canfranc.
Obras:
·
Carretera de la Boca do Inferno
·
Surmenage
·
Perder el juicio
·
Los años debidos
·
Finlandia
·
La llave de Medusa
·
Ex
·
Desarmadas e invencibles
·
El alma de las máquinas
·
Volver a Canfranc
Fuente: Wikipedia
Sinopsis (ofrecida
por la editorial)
Marzo de 1943. Agazapados dentro de
una habitación secreta, varias personas contienen la respiración mientras
aguardan a que el sonido de las botas reforzadas con metal de los soldados
alemanes se aleje. En la estación internacional de Canfranc, en el Pirineo, la
esvástica ondea sobre la playa de vías. En medio de la oscuridad, Laurent
Juste, jefe de la aduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero
Esteve Durandarte arriesgan sus vidas para devolverles la libertad.
Volver a Canfranc es su historia. Jana y
Esteve, armados tan solo con la valentía que da el amor, lucharon porque miles
de ciudadanos judíos consiguieran atravesar esta estación mítica. Además de
ellos, otras personas guiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror
y ayudarlos. Para miles de perseguidos por el régimen nazi la esperanza se
llamó Canfranc
Escenarios:
La estación
Internacional de Canfranc. Emplazada en el paraje de Los
Arañones, a cuatro kilómetros al norte del pueblo de Canfranc, fue inaugurada,
con la presencia del rey de España Alfonso XIII y la del presidente de la
República Francesa Gaston Doumerque, tras cinco años de obras, el 18 de julio
de 1928, día de la fiesta mayor de Canfranc.

La construcción de la estación, que llegó a ser la más grande de España, formaba parte de un
proyecto para crear una línea de ferrocarril transfronterizo que cruzando los Pirineos a través del túnel de Somport comunicara España con
Francia.
En torno a la estación se construyo una
gran infraestructura que comprendía toda clase de servicios, incluido un núcleo
residencial, con viviendas para los trabajadores de la estación, zona aduanera,
comisaria de policía, alojamientos para los viajeros, etc. en el llamado Poblado
de los Arañones, que llegó a tener una población de dos mil habitantes.

La estación fue declarada Bien de interés
Cultural y está catalogada como monumento desde el 6 de marzo de 2002.
El 27 de marzo de 1970, tras el
descarrilamiento de un tren de mercancías francés que provoco el derrumbe de
puente de L’Estanquet se cerró el tráfico internacional, lo que marcó el inicio
de su decadencia.
El Hotel Internacional.
Ubicado en la segunda planta de la
estación. Se accedía al mismo por una gran escalera de mármol desde el vestíbulo de la estación. Como en la estación no existía intercambiador
de vías, los pasajeros se veían obligados a permanecer en la estación hasta
enlazar con otros trenes, por lo que los
viajeros se veían obligados a pasar algunas horas e incluso a pernoctar, en los
alojamientos del pueblo.

El
hotel cerró sus puertas en 1982, cincuenta y cuatro años después de su
inauguración. Aun estuvo en servicio diez años después de que se produjera la interrupción del tráfico ferroviario.
Personajes:
La autora ha creado un elenco de
personajes con mucha impulsivamente personalidad, fuertes, valientes. Algunos de estos personajes están inspirados
en personas reales, que vivieron los horrores y
tragedias que nos cuenta la autora
Laurent Juste. Laurent es el Jefe de la aduana internacional
de la estación de Canfranc. Casado con
Arlette tienen tres hijos, la mayor
Maude estudia en Madrid y los dos pequeños Solange y Auguste que viven con
ellos en Canfranc.
El personaje de Laurent Juste -como
nos cuenta la autora en uno de los últimos capítulos, titulado “La realidad”,
en el que nos indica lo que hay de real y de ficción en la novela- está inspirado en Albert Le Lay, que durante los años en los que
transcurre la novela ocupaba ese puesto en
la estación internacional.
Albert Le Lay
lucho sin descanso por sus ideales, tanto en este destino salvando vidas humanas como
más tarde en otros uniéndose a la resistencia. Su entrega a la causa le valió la Medalla de
la Libertad Americana con Palmas de Plata y otros muchos reconocimientos. Falleció en 1988 en San Juan
de Luz.
Jana Belerma. 25
años, huérfana, nacida en Zaragoza, la muerte de sus padres en un bombardeo perturbo su vida y la llevo a contraer
matrimonio con su primo. De ese matrimonio salió huyendo y busco trabajo de
doncella en el Hotel Internacional.
Jana es una mujer que tras la
apariencia de una joven eficiente, seria y responsable en su trabajo, asoma una
mujer que derrocha valentía y pasión.
“Mi padre no me trató
de forma distinta a como lo hubiera hecho con un hijo. Siempre se lo
agradeceré. Me ha servido de mucho, para empezar me valió para huir de lo que
no quería tras la muerte de ellos. De mi matrimonio, entre otras cosas.
—¿Estás casada? —Montlum sabía que, al
contrario de lo que sucedía en su país, en España el vínculo que establecía el
matrimonio era indisoluble por muy separados que vivieran los esposos.
—Sí —le respondió con mucha desenvoltura, y de
forma muy irónica añadió—: Mucha gente lo está, no es ilegal. —Después continuó
ya más seria—. En mi caso fue un error. No me justifico, pero me desorienté
después de la muerte de mis padres, esa circunstancia me trastornó”
Esteve Durandarte. Aparentemente es un “bandolero y contrabandista” identidad que le sirve de
estratagema para colaborar con la causa. La autora lo dibuja como un hombre joven muy
atractivo físicamente, tanto que despierta pasiones, y aunque lleva en total secreto
su verdadera identidad así como su verdadera actividad, es un hombre querido y
respetado por los habitantes de la zona.
Siempre le acompañaban sus dos hombres de confianza, Silvino y Arnaldo,
a los que consideraba como hermanos.
Montlum, 55 años. El y Juste
se conocieron en la guerra del 14, estuvieron juntos en el frente.
Juste le había conseguido un trabajo como panadero, lo que le procuraba
la oportunidad de incrementar la cantidad de pan que ofrecían a los refugiados
para comer cuando llegaban a Canfranc.
Tocaba el violín y con su carácter alegre transmitía felicidad a los
refugiados, especialmente a los niños que acogían.
Gervasio Casanarbore. El gobernador civil de la demarcación y jefe
provincial del Movimiento. Un hombre amoral, presuntuoso y sin escrúpulos;
trataba a los demás de forma elitista, y
como arma vejatoria usaba para intimidar un vocabulario efectista, con palabras
rebuscadas y que muy poca gente comprendía.
“… Entre sus
caprichos se contaba que cada mes impar destituía a un alcalde, y los pares, a
algún miembro de un consistorio elegido al azar con los ojos cerrados y el dedo
índice revoloteando en círculos hasta que se posaba sobre algún lugar del mapa
de Huesca. Su mayor aspiración era que le concedieran la Orden de Cisneros en
reconocimiento a sus méritos como reyezuelo franquista.”
Sin embargo, Doña Mimín, su mujer,
era una todo lo contrario, culta,
sensible, elegante y además inteligente.
Dedicaba la mayor parte de su tiempo a reparar las fechorías que su marido causaba.
Eberhard Gröber
Oficial de de Gestapo, con el rango
de Mayor; especialista en delitos de
motivación política, en la persecución de cualquier opositor del régimen, en
especial francmasones, testigos de Jehová, gitanos y sobre todo judíos.
Físicamente es un hombre de rasgos que rayan la perfección pero de una belleza
fría. Siempre obsesionado por su aspecto
físico y por el estado de su uniforme. Gröber
era un hombre sumamente cruel y además estaba buscando un ascenso, por
lo que su presencia en la estación suponía
un gran riesgo para Laurent Juste y su equipo.
Llegó a Canfranc siguiendo la pista
de tres caballos purasangre que le habían robado en Marsella, cuando los
transportaban desde Italia a Alemania su destino.
Mi opinión:
El personaje de Laurent Juste -como
nos cuenta la autora en uno de los últimos capítulos, titulado “La realidad”,
en el que nos indica lo que hay de real y de ficción en la novela- está
inspirado en Albert Le Lay, que durante los años en los que transcurre la
novela ocupaba ese puesto en la estación internacional. Albert Le
Lay luchó sin descanso por sus ideales, tanto en este destino
salvando vidas humanas como más tarde en otros uniéndose a la
resistencia. Su entrega a la causa le valió la Medalla de la Libertad
Americana con Palmas de Plata y otros muchos reconocimientos. Falleció en
1988 en San Juan de Luz.
La novela está dividida en cinco
partes que comprenden el periodo de tiempo en el que transcurre la
acción, entre marzo de 1943 y septiembre de 1944, y estas en 72 capítulos, unos
capítulos muy cortos pero con una narración muy intensa, en la que la autora va
desgranando una historia en la que, aunque ha novelado situaciones y
personajes, refleja realmente la situación histórica de la zona y
las labores de rescate humanitario que allí tuvieron lugar, consiguiendo
despertar sentimientos y emociones.
Nos cuenta como Laurent Juste, el Jefe de la Aduana, lidera a un
grupo de personas entre las que se encuentra , Jana Belerma, Durandarte, Montlun, Didier y
Valentina, todos ellos forman un equipo que se juega la vida todos los días para salvar a
cientos de personas de una muerte atroz; esto de
forma altruista y silenciosa, coordinaban eficientemente el paso de los
refugiados que cruzaban la frontera a través de los Pirineos ; les procuraban
documentos para que pudieran circular, les
prestaban atención sanitaria a los que llegaban enfermos, les proporcionaban
ropa y comida y, finalmente, los embarcaban en los trenes para que pudieran
llegar a destinos seguros para ellos.
“En la puerta, sobre un
caballete parecido al que usan los pintores, estaba la caja redonda de madera
sin tapa, para exhibir las sardinas de bota como si la flor plateada que
formaban anunciara aquel comercio más que su rótulo. La báscula blanca esmaltada
ocupaba una tercera parte del mostrador. A un lado se apilaban los papeles de
estraza para envolver los productos. Sobre el tablero colgaban de clavos las
ristras de embutidos como una cenefa de ondas. Los botes de conservas se
alineaban en la estantería del fondo y los garbanzos se remojaban a la entrada
en una vasija de barro flanqueada por un saco de cincuenta kilos de arroz y
otro de lentejas”.
 |
Imagen de "El Mundo" |
“ …Una de las
bandejas había caído al suelo, pero la tela que la cubría evitó que su
contenido se desperdigara. Solo quedó fuera una de las tortas de alma con su
forma de media luna. Aunque la cólera se le disipó enseguida al ver que no era
para tanto, a la camarera le brillaban los ojos. Encontrárselo hizo que de
forma inmediata se le reavivara la curiosidad por él.

Esteve recogió la
bandeja y se la colocó a Jana encima de la otra que llevaba. Ella sintió la
presión contra sus pechos y después él volvió a agacharse a por la pasta
solitaria. Quiso colocarla también sobre el mantel que cubría las otras, pero
ella lo detuvo:
—Gracias, pero tírala, no puedo hacerlo yo con
las manos ocupadas. —No quería llevar de ninguna manera a la cocina una pasta
que se había caído al suelo. De nuevo volvió a tratarlo de aquella manera
autoritaria como si fuera la forma de marcar distancias entre ambos —¿Quieres
que lo lleve yo? —le dijo Durandarte con mucha amabilidad.
—No, no, ni hablar —contestó con la
intención de ser en aquella ocasión tan breve como él lo había sido en el
encuentro anterior.
Pero en vez de
despedirse, permaneció frente a él, mirándolo. Esteve se llevó el pastel a la
boca y comenzó a mirarla con una mezcla de descaro y curiosidad. Jana vio cómo
clavaba sus dientes en la masa, cómo sus labios se llenaban de cristalitos de
azúcar. Tal vez ella no se movía porque la había hipnotizado aquella manera
lenta en que asomaba la confitura de calabaza al partirse, el movimiento de su
mandíbula. Imaginó el sabor del anís en su lengua, en sus encías, y sin darse
cuenta abrió la boca también. Él seguía mirándola, pero ella se rehízo
enseguida y se despidió con bastante aspereza. Aún no sabía ante quién se
encontraba y había decidido al menos ser cauta”
Esta reseña
participa en el reto:
Apartado: España - La acción
transcurre en el siglo XX
Salvo
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turismo de Canfranc