Desde hace muchos años vengo organizándome, solo con ayuda de las páginas de viajes de internet, los viajes que mi marido y yo hacemos, es decir, me ocupo de reservar
los billetes de avión o de tren, buscar los hoteles y hacer las reservas, planificar
la agenda, elegir los lugares que visitaremos, adquirir las entradas de los
museos, alquilar coches (si hiciese hace falta), ver los medios de transporte y,
si vamos en nuestro propio coche planificar las distancias a recorrer reservar
hoteles sin desviarnos de la ruta, pero
desde que vivimos en Galicia, todo esto se me ha complicado mucho, yo quiero
pensar que es por la distancia y la mala comunicación, aunque algún amigo de
mente sucia se ha atrevido a insinuar que son los años… ¡una pura falacia!, pero lo
cierto es que cualquier viajecito que prepare, salvo los que hacemos con nuestro propio coche organizarlo nos cuesta un verdadero quebradero de cabeza.
Esto viene a cuento de que hace unos
días, mi marido y yo nos fuimos de vacaciones unos días al sur de España, necesitábamos
cambiar de aires, y nunca mejor dicho pues nos libramos de una ciclogénesis
explosiva de gran envergadura que se hizo notar en todo el territorio nacional, pero
principalmente en la comunidad Gallega.
Pues como os iba contando, organizar un
viaje no es lo mismo desde esta esquinita del país y hay que armarse de tiempo y paciencia, así que después de estudiar todas las
posibilidades que teníamos a nuestra disposición, haciendo encaje de bolillos
pude encontrar una combinación digamos que aceptable. Nos decidimos por hacer el viaje en avión,
con salida y regreso desde Santiago de Compostela. Para la ida los horarios nos cuadraron
bastante bien y fuimos directamente a Santiago de Compostela desde
Ribadeo. Para la vuelta ya no tuvimos
tanta suerte y como no teníamos ningún medio de
transporte directo desde el aeropuerto de Santiago de Compostela a
Ribadeo, planifiqué coger un autobús que va desde el aeropuerto de
Labacolla hasta Lugo y pasar la noche
allí, por lo que antes de salir de viaje ya había dejado reservada una
habitación de hotel de Lugo para esa noche.
Lugo es una ciudad encantadora, a la
que suelo viajar con bastante frecuencia de compras, médicos, asuntos
oficiales, etc. pero en la que nunca había pernoctado pues solo está a 89 km. de Ribadeo y los viajes
son de ida y vuelta en el día.
Como no conocía ningún hotel allí, como siempre
utilice mis buscador de hoteles preferido (Destinia) y centre mis preferencias
en la cercanía a la estación de autobuses pues la hora de llegada a Lugo iba a
ser más bien tarde y suponía estaríamos cansados; después de ver las
posibilidades decidí reservar en el Hotel Puerta de San Pedro.
Este hotel, de tres estrellas, al que el buscador Booking en su última evaluación le ha otorgado una nota de 8,2 puntos, es un establecimiento
sencillo y muy tranquilo, de un tamaño pequeño, tiene 36 habitaciones
distribuidas en un edificio de ocho plantas.
Aunque es un hotel de los de toda la vida, ha sido remodelado en varias
ocasiones, la última de ellas hace dos años y todo el edificio está en un estado
de mantenimiento impecable y, además, tiene conexión wi-fi gratuita en todas las instalaciones.
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Foto de Google Maps |
Está situado en la calle Rio Neira, 29, muy cerca de la estación
de autobuses y a unos 100 metros de la muralla romana, es decir, para quien no
conozca esta ciudad, está en lo más céntrico que se puede estar; cerca de
restaurantes, bares, etc.
Las habitaciones son amplias, muy
funcionales y dotadas de todos los detalles necesarios para que resulten cómodas
y además tranquilas.
La habitación que nos asignaron,
estaba en la sexta planta, era un dormitorio amplio con una cama de matrimonio
de 1,50 con un buen colchón, las almohadas sin embargo, para mi gusto, un poco
bajas. La ropa de cama toda en color blanco estaba impecable. Además tenía dos
ventanas vestidas con visillos y cortinas metalizadas de las que no dejar pasar
la luz;
A pesar de que llegamos bastante
tarde y la noche era fría y lluviosa, la temperatura dentro del hotel era muy
buena y antes de acostarnos apagamos la calefacción (de aire acondicionado
centralizado) ya que la temperatura era muy agradable allí dentro.
La decoración es funcional y
práctica, la cama, dos mesillas de noche, encima de éstas dos apliques
eléctricos, una mesa escritorio, con lámpara, frigorífico, una televisión LCD
de gran tamaño (32”), el clásico portamaletas y un buen armario empotrado.
El baño, completo, con bañera con
mampara, bidé, lavabo con una pequeña encimera, secador de pelo y una bandeja
con las “amenities”
Como había reservado también el
desayuno me informaron que éste se servía hasta las 10:30 horas, en una zona
que hay en la planta baja, con una barra y varias mesas y que con bajar unos
minutos antes de esa hora era suficiente.
El desayuno es tipo bufet. No es exagerado en cuanto a la cantidad de los
productos que ofrecen pero lo que había
era todo de muy buen gusto y calidad, por ejemplo, tenían bollería (tarta de
Santiago, cruasanes, bizcocho, etc.), yogures de sabores variados, diversas clases de zumos naturales (yo sólo tome
de naranja y era muy bueno), agua embotellada, fiambres (jamón serrano, york y queso), fruta
fresca (naranja, manzanas, piña ó melón); el café o infusiones lo servía una
camarera, muy simpática y profesional.
En resumen, un hotel que recomiendo a
todos aquell@s que tengan previsto pasar unos días en esta bonita, entrañable y
encantadora bimilenaria ciudad fundada por los romanos bajo el nombre de Lucus
Augusti en la que podrán disfrutar de su
patrimonio cultural, monumentos y museos; pasear sin prisas por sus calles,
contemplar y admirar el emblema de la ciudad: la muralla, única en el mundo en
la que se conservan íntegros sus más de dos kilómetros de perímetro, se puede subir a su
adarve, por cualquiera de sus seis puertas (e incluso tiene una rampa para personas con movilidad reducida),y pasear por él, un paseo inolvidable, incluso de noche, ya que el pasado mes de diciembre se estrenó
un nuevo sistema de alumbrado; admirar sus
parques, los paseos fluviales de los ríos Miño y Rato, sus fiestas, su gastronomía, etc. etc.