domingo, 23 de junio de 2013

Respirar por la herida - Víctor del Árbol

Recientemente estuve unos días en Madrid y, como todas las provincianas cuando salimos de casa aprovechamos el tiempo al máximo para ver, visitar y sacar el máximo partido a todos los espectáculos, lugares, acontecimientos y eventos que nos encontremos en el lugar que visitamos.

En este viaje he vivido varios momentos inolvidables, uno de ellos fue cuando, aprovechando que tenía una cita con una vieja amiga, le propuse que nos encontráramos en el café librería La Central de Callao, del que había oído hablar muy bien.

El lugar me gustó muchísimo, y estaba haciendo unas fotos cuando vi un cartel que anunciaba la presentación de la novela Respirar por la herida, que tendría lugar en una de las salas del café  media hora más tarde,  había leído varias reseñas de la novela por lo que no me podía creer el golpe de suerte que había tenido, y sin dudarlo un momento compre la novela y después de tomarnos el café mi amiga y yo nos bajamos a ver la presentación al  lugar en el que se celebraba.

Acompañaban a Víctor del Árbol, Juan Laborda y Julia Martínez, que prepararon una presentación muy dinámica y original, en la que hicieron una comparativa de la novela con películas y actores famosos y después Víctor del Árbol, simpatiquísimo,  ameno y cercano, contestó a todas las preguntas que se le hicieron y, aunque yo aún no había leído el libro, me hice de él una idea bastante aproximada.


A mi vuelta a casa, ya tranquila, empecé a leer la novela y aprovechando que me apunte al reto de Kayena de la segunda edición de la novela negra, policíaca y de misterio, pues me he atrevido incluso a reseñarla, así que aquí os dejo mis impresiones, que nunca mejor dicho, son muchas.

Datos técnicos

Título: Respirar por la Herida

Autor: Víctor del Árbol

Editorial: Alrevés Editorial

ISBN: 978-84-15098-79-9

Número de páginas: 528

Formato: Rústica con solapas

Año de publicación: 2013

Autor:
El autor durante la presentación
Víctor del Árbol, nacido en Barcelona en 1968, fue funcionario de la Generalitat desde 1992 hasta 2012. Cursó estudios en Historia en la Universitat de Barcelona, colaboró dos años como locutor y colaborador en el programa radiofónico de realidad social «Catalunya sense barreres» (Radio Estel, ONCE).

Como escritor fue finalista del VIII Premio Fernando Lara en 2008 con El abismo de los sueños (no publicada) y ganó el Premio Tiflos de Novela en 2006 con El peso de los muertos.

En 2011 publicó La tristeza del samurái (Editorial Alrevés), que ha sido un éxito nacional e internacional. Traducida a una decena de idiomas y best seller en Francia, cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios. Entre ellos, Le Prix du polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea que otorga la prestigiosa publicación francesa Le Point en el festival de Novela Negra de Lyon, galardón que obtuvieron, en anteriores ediciones, Philip Kerr y Arnaldur Indridason, entre otros.

En Abril de 2013 obtiene le Prix QuercyNoir por su novela La Tristesse du Samourai

Sinopsis  (de la contraportada de la novela)
Quizás Dios juega a los dados con nuestro destino, desperdigando las piezas de un rompecabezas que siempre vuelve a unirse de un modo u otro. Acaso sea el azar el que nos arrebata aquello que más amamos, pero puede que todo lo que nos ocurre sea simplemente el resultado de nuestros propios actos.

Estas son las preguntas que atormentan a Eduardo, un pintor para quien nada tiene sentido tras la muerte de su mujer y su hija, hasta que una famosa violoncelista, Gloria Tagger, le encarga el mayor reto de su vida: pintar el retrato de Arthur, un empresario de pasado incierto. Aceptar ese encargo desencadena una espiral de emociones y acontecimientos trágicos que succiona inevitablemente a cuantas personas le rodean. Con cada pincelada, Eduardo va abriendo puertas que habría sido mejor mantener cerradas, pero que, una vez abiertas, nada ni nadie podrá volver a cerrar.

Con una trama perfectamente urdida y una intensidad descarnada de dolor y culpa, pero también el ansia de vivir, Respirar por la herida desborda los límites de sus protagonistas con una precisión y una psicología digna del maestro en que se ha convertido ya su autor, Víctor del Árbol.


Personajes
En la historia que Victor del Árbol nos cuenta no hay personajes secundarios, aquí todos son protagonistas, todos ellos son personajes que han vivido unas experiencias traumáticas que les han dejado una marca que el tiempo no ha logrado arreglar pero que no se rinden y siguen luchando. Y,  cada una de las historia de estos personajes forma, tesela a tesela, un impresionante mosaico.

Así que, sucintamente, sin descubrir demasiado de cada uno de ellos,  presentaré los personajes por orden de aparición, más o menos:

Eduardo, pintor, traumatizado por el accidente en el que Elena, su mujer, y  Tanía,  su hija de 14 años, perdieron la vida 14 años antes, desde entonces se encuentra en tratamiento psiquiátrico y malvive pintando cuadros por encargo

Graciela, es la casera de un edificio de apartamentos en donde vive Eduardo.  Se encuentra situado en Lavapies, (zona centro de Madrid).  Tiene una hija Sara, que periódicamente sufre ataques de ira.

Olga,  marchante de cuadros. Cuando tenía 16 años uno de los novios de su madre la sedujo y quedo embarazada

Gloria A. Tagger, famosa violinista, divorciada de un también famoso director de cine, padres de Ian, que con 17 años fue atropellado cuatros años antes por un conductor borracho.

Arthur Fernández, Un rico e importante hombre de negocios.  Se encuentra en la cárcel cumpliendo condena por un accidente -que provocó cuando conducía su coche en estado de embriaguez- y que causo la muerte de dos personas, Casado con Andrea de la que está separado. Tuvieron una hija Aroha que se encuentra en paradero desconocido.   

Ibrahim, ex terrorista argelino, que se encuentra en prisión (lugar en el que conoce a Arthur y se convierte en su protector). Es un hombre muy espiritual.  Tiene un físico imponente con una cicatriz que le cruza y le deforma la cara, pero de esa cicatriz ya se ha restablecido, pero no la que tiene en el alma.  

Maribel y Who, su hijo adoptado. Maribel antigua profesora de baile se quedó invalida cuando paseando por la calle un hombre les disparó a ella y a Teo, su marido, matándole a él en el acto y dejándola a ella en ese estado. Su hijo Who está enamorado de una chica china que trabaja en un taller ilegal y trabaja muy duramente para conseguir dinero y fugarse juntos  

Guzman, ex agente de la Dina, policía secreta chilena. Viene a Madrid contratado por Arthur para encontrar a su hija de la que no sabe nada desde hace algunos años.


Escenarios
La acción transcurre principalmente en Madrid, en particular por las calles de la zona centro, la estación de Atocha, el parque de El Retiro, el Palacio de Oriente, etc. lugares que,  el autor a pesar de  haber nacido en Barcelona describe maravillosamente:


“... encaro sin prisa la cuesta de Moyano hasta llegar a la fuente de El Ángel Caído.  Se tomó un respiro en el pedestal de granito octogonal que sustentaba la escultura… Todo en la escultura era quietud; del espacio, del tiempo, de sí misma.  Eduardo conocía esa sensación: la quietud, exasperante y perpetua, la seguridad de que nada es mutable.  Podría ordenar sus piernas moverse hacia la derecha, uno, dos, tres metros, tocar la pared, hacer el movimiento a la inversa y topar con esa misma pared.  Tenía la certeza de no moverse, de ser como aquella escultura petrificada.  A la ausencia de pensamientos minúsculos y cotidianos, a la concentración de todos ellos en uno solo, redundante, grotesco y absorbente, su doctora lo llamaba locura.  Pero él no estaba loco. Solo estaba muerto“ (Pág. 25) 


Foto de Javier González Orozco






                                                   



“A lo lejos se imponía el edificio de caliza y granito del Palacio de Oriente.  Los turistas se fotografiaban al otro lado de la verja que circundaba el patio de armas mientras la Guardia Real procedía a su ceremonioso cambio de turno.  Detrás del palacio  se encontraban los jardines de invierno del Campo del Moro.  Desde allí se disfrutaba de una excelente vista del Palacio y del río Manzanares.  Los paseos arbolados adelantaban la inevitable primavera.  Aquella mañana lucía un sol que todavía no era sofocante. Los pavos reales desplegaban sus plumas como arcoíris de colores entre las praderas sin que los paseantes los molestarán.” (pág. 298)

 


Impresiones
Navegando en internet he encontrado el significado  que, popularmente, en Argentina, le dan a la frase “respirar por la herida”, y que utilizan como una reacción a causa de una ofensa recibida, el sentido de esta frase creo que se adapta perfectamente a la idea de la novela.

La primera impresión inquietante se produce al contemplar la portada que, reproduce un fragmento de un autorretrato de Lucian Freud, que se encuentra en el Museo Thyssen-Bornemisza.  

En la presentación a la que tuve el gusto de asistir, Victor contó que cuando empieza a “construir” una novela, en lo primero que se centra es en la confección de sus personajes, lo que le supone su mayor esfuerzo y le lleva bastante tiempo y eso es algo que se percibe pues partiendo de la base de unos personajes, más o menos corrientes,  a los que ha llevado a situaciones  extremas y complicadas que arrastran verdaderos dramas  con sus correspondientes consecuencias, las cuales se materializan en profundas heridas en el alma.  Aun así, están muy vivos, no se rinden y luchan por salir adelante.

Desde luego el esfuerzo ha merecido la pena, pues da la impresión de que el autor ha hecho encaje de bolillos con los personajes, manejándolos de forma que, aunque cada uno de ellos tiene su propia historia personal que desarrollándola podría dar lugar a una novela, entremezcla sus vidas hasta que todas ellas están conexionadas hasta llegar a un final en el que hasta el menor detalle tiene sentido y asistimos a un engranaje perfecto, es decir  que todo queda relacionado entre sí y formando una historia coherente.


  
“El castigo no tiene sentido si no entiendes por qué eres castigado.” Durante trece años largos de encierro, todos los esfuerzos de los psiquiatras y de los funcionarios que lo habían interrogado fueron destinados a hacerle comprender esa verdad.  Y esa pretensión era la que perseguía ayudarlos a reinsertarse. Era una palabra extraña, significaba que en algún momento él había formado parte del engranaje al que todos se someten, que antes de ver morir a Elena y a Tanía él había sido un pequeño piñón de una maquinaria que funcionaba sin demasiadas fricciones.  Con la muerte  de su familia el piñón se había estropeado y había causado una avería en cadena, más muertes, mas sufrimiento, tan inútil como el suyo.  No había querido confiar en la Ley, y eso era imperdonable. Más incluso que la tragedia que había provocado en Teo, en Maribel y en su hijo, piñones sin importancia para la maquinaria como él, al fin y al cabo.  “No podemos permitir que cada uno se tome la justicia, minúscula, por su mano.  Entonces provocaríamos el caos, y la maquina todo dejaría de tener razón de ser”, le había advertido Martina. (pág. 361)

Al concluir la presentación y después de las preguntas y respuestas, Víctor me firmó el ejemplar  que había comprado y me puso una dedicatoria preciosa y que al leer la novela tiene mucho más sentido, la  he escaneado para que la veáis:



Y como tiene una letra muy pequeña la transcribo:
“Dentro de cada uno de nosotros existen todos los hombres y mujeres posibles. De nosotros depende qué acabará emergiendo”

Conclusión
Es esta una novela intensa, que empuja a terminarla rápidamente  pero,  no os confundáis, leedla despacio saboreando las reflexiones que el autor nos ofrece.

Esta reseña participa en la iniciativa: