Como llegar: El monasterio se encuentra a 28 kilómetros de Ourense, en el municipio de Nogueira de Ramuin. El acceso más fácil es tomar la OU-536, con dirección a Pobra
de Trives, y en el km. 7, seguir con dirección a Luintra
El
monasterio. A raíz de la desamortización eclesiástica de Mendizabal, el monasterio cayó
en un proceso de ruina y abandono. En la actualidad se ha reconvertido en un
establecimiento hotelero de la red de Paradores. En 1923 recibió el reconocimiento de
Monumento Histórico-Artístico. Este monasterio, rodeado de exuberante vegetación,
es el mayor de la Ribeira Sacra y uno de los más importantes de Galicia. Su
origen se remonta al siglo VI. Su
estructura y decoración cuenta con elementos románicos, góticos, renacentistas
y barrocos.
El monasterio. Se organiza alrededor de sus tres claustros:
El
claustro de los Obispos, de
dos cuerpos y planta rectangular, es el más antiguo y comunica directamente con
la iglesia. El primer cuerpo es románico, de principios del siglo XII. El
segundo cuerpo, del siglo XVI, es todavía gótico aunque reformado
posteriormente. Fue construido en honor de nueve obispos que lo eligieron para
retirarse en este monasterio, hecho que hizo de Santo Estevo lugar de
peregrinación.
El
claustro pequeño, situado al norte del anterior, fue construido
por Diego de Isla a partir de 1595; está compuesto por dos cuerpos, formados
por arcos de medio punto sobre columnas dóricas. Este claustro lleva el nombre “do
Viveiro” porque antiguamente albergaba una fuente gigantesca que ocupaba toda
la superficie del patio, donde conservaban el pescado que traían vivo al
monasterio, así siempre había pescado fresco en el monasterio.
El
claustro de la Portería o claustro Grande. Provisto de un amplio y cuidado césped esta
situado al oeste de los dos anteriores.
De estilo renacentista, es de planta rectangular. Tiene tres cuerpos, con arcos de medio punto.
La
iglesia. De finales del
siglo XII es uno de los más bellos ejemplares del románico gallego. En el
exterior destaca la cabecera
románica. Tiene dos torres de campanario a los lados.
En su interior destaca un retablo de piedra de gran tamaño,
labrado por sus dos caras y que representa a Jesús con los apóstoles, este
retablo anteriormente se encontraba en
el claustro de Portería. Los retablos, renacentistas del siglo XVI, muestran
escenas del Nuevo Testamento.
Foto de Wikipedia |
Y, para terminar, os contaré una de las innumerables leyendas gallegas,
la de La Santa Compaña.
La Santa Compaña son almas en pena silenciosamente vagantes
por las noches envueltas por estas nieblas. Son algo así como premoniciones de
la muerte.
A su paso, cesan previamente todos los ruidos de los animales en el bosque. Los perros anuncian la llegada de la Santa Compaña aullando de forma desmedida, los gatos huyen despavoridos y realmente asustados.
A su paso, cesan previamente todos los ruidos de los animales en el bosque. Los perros anuncian la llegada de la Santa Compaña aullando de forma desmedida, los gatos huyen despavoridos y realmente asustados.
La curiosa procesión se presenta –nadie sabe ni cuándo ni dónde, aunque hay fechas concretas en las que se dice que tienen más incidencia las apariciones de la Santa Compaña, como por ejemplo, la noche de Todos los Santos (entre el 1 y el 2 de noviembre) o la noche de San Juan (24 de junio)– formada por dos hileras de espectros, envueltos en sudarios, con las manos frías y los pies descalzos.
El temible conjunto va encabezado por un ser vivo: lleva siempre una cruz y un caldero con agua bendita. Esta persona viva puede ser hombre o mujer, dependiendo de si el patrón de la parroquia es un santo o una santa.
Caminan emitiendo rezos (casi siempre un rosario) cánticos fúnebres y tocando una pequeña campanilla. Cada espectro lleva una luz invisible para los seres vivos. Solo un olor a cera y, acaso, una ligera brisa son las únicas muestras del tránsito de esta procesión.
El portador de la cruz no puede, de ningún modo mirar hacia atrás; ni renunciar a su cargo. Únicamente queda liberado cuando encuentre a otro humano que le releve de su cometido. Se afirma que ha perdido la memoria, no puede recordar por el día lo sucedido durante la anterior noche.
Para librarse de esta obligación, la persona que vea pasar la Santa Compaña debe trazar un círculo en el suelo y entrar en entrar en él, rezar y no escuchar el sonido que emite y sobre todo jamás aceptar la vela que nos tienda algún difunto de la procesión ya que de hacerlo formará parte de la Compaña.
Fuentes
consultadas: paneles informativos del monasterio
Castro Caldelas (Ourense)
Iglesia Rupestre y Monasterio de San Pedro de Rocas (Ourense)
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Monasterio de Santa María de Montederramo (Ourense)Castro Caldelas (Ourense)
Iglesia Rupestre y Monasterio de San Pedro de Rocas (Ourense)
Hasta ahora solo había oido hablar de la Ribeira Sacra por los vinos, buenísimos por cierto, esos maravillosos mencías que se merecen todos los premios que les están dando, pero ya veo que es un zona guapa, guapa, y este Monasterio-Parador, es una opción muy atractiva para visitarla.
ResponderEliminarUn beso y gracias por mostrarnos estos lugares tan interesantes.
Bueno lo de los vinos es increíble, tiene que estar bueno ya que sino los viticultores no tomarían tanto riesgo. En un viaje anterior a la zona, que coincidió con la vendimia, me di cuenta del trabajo tan duro que hacen los vendimiadores, acarreando los cestos de uvas por esas laderas tan empinadas, daba miedo ver los tractores como circulaban por esas pendientes.
EliminarTengo previsto hacer una entrada de aquella visita, que hice un recorrido por los cañones del Sil en barco en la que tome algunas fotos de la vendimia.
Un beso
Que bien lo explicas... yo lo conocí en un viaje este verano y terminé de enterarme de más cosas por este blog; gracias, y las fotos muy buenas.
ResponderEliminarAh, pero me pareció que debe de ser el único Parador al que se accede atravesando un Cementerio. Pero como dicen," Mejor, tener miedo a los vivos, que a los muertos"
Si, tienes razón, no lo puse pues me pareció de mal gusto, pero mi marido que es un poco supersticioso dijo eso mismo, pero yo tambien pienso, que hay que tener mas miedo de los vivos que de los muertos.
EliminarUn beso
Pues si, como Marta, lo explicas muy bien. Las fotos dan buena cuenta de lo que por escrito describes. Por cierto, los monjes son únicos para inventar lo que haga falta para tener el estómago lleno, porque lo de la fuente del claustro es de traca.
ResponderEliminarCon respecto a la "Santa Compaña", no sabía en qué consistía, pero gracias a ti lo tengo bien claro ahora.
Un beso.
Si, desde luego que lo del "viveiro" tiene lo suyo, vamos que los monjes no se andaban con tonterías, se cuidaban bien.
EliminarUn beso