Hace unos días, una asociación a la que pertenezco, organizó
una visita a San Andrés de Teixido y aunque ya había estado en otras ocasiones,
no pude evitarlo y me apunte.
San Andrés de Teixido es una pequeña aldea en la Sierra de A Capelada. Pertenece al
municipio de Cedeira (A Coruña), de la
que se encuentra a 12 kilómetros. Coordenadas: 43°42′31″N 07°59′03″O.
Salimos en autobús a las ocho de la mañana, la temperatura era suave
y no llovía. El viaje empezaba
bien.
Nuestra primera parada, para reponer fuerzas, fue en el
Restaurante Montero, en la carretera general, a la altura de Vilalba. Se había levantado niebla, aunque de
momento no tenía la mayor importancia, estábamos aun lejos de nuestro
destino. Este restaurante ya lo conocía por haber parado en él alguna
vez, esta muy bien para comer o
simplemente tomar un café cuando vas en ruta.
Desde allí, fuimos directos a San Andrés. Llegamos sobre las 11 y, como esperábamos, la
niebla había levantado y había quedado un día esplendido. El lugar cuenta con un gran aparcamiento a la entrada para
estacionar los coches y autobuses que
llegan, cuenta también con servicios
públicos.
San Andrés de Teixido,
a 140 metros sobre el nivel del mar, esta ubicado en un enclave de
extraordinaria belleza natural, al que se llega por una sinuosa carretera, esta en el único lugar en donde las laderas
de las montañas permitieron su construcción.
Al llegar nos encontramos una pequeña
aldea con un puñado de casas blancas, un par de bares y numerosos tenderetes abarrotados de recuerdos y dulces
típicos en los aledaños del Santuario.
El Santuario de San Andrés
El Santuario de San Andrés es un conocido lugar de
peregrinación, por un dicho popular que
dice:” vai de morto quen non foi de vivo” (va de muerto quien no fue de vivo).
La iglesia, una sencilla construcción de estilo gótico
marinero de una sola nave, es del siglo
XVI (edificada sobre un viejo monasterio del XII) y ampliada en el XVIII.
En el altar mayor hay un retablo barroco, del siglo XVIII,
realizado por Miguel López de la Peña.
También se encuentra el escudo de armas de los Andrade y la
Cruz de la Orden de los Templarios de San Juan, ubicada detrás del retablo
mayor junto con unas pinturas murales que representan el martirio de San Andrés
que se descubrieron en 1970.
Las partes más antiguas corresponden a la época de
los Andrade: el ábside -que era inicialmente abovedado- y la puerta lateral
compuesta por un arco conopial de tipo isabelino (propio del gótico tardío), y
que debió de servir de puerta principal del templo desde el siglo XV al XVIII.
Al salir del Santuario hay unas zonas ajardinadas y de
recreo, por las que se baja a la fuente del santo, desde donde se
contemplan unas vistas espectaculares de los acantilados y de la llamada Barca
de San Andrés.
Los peregrinos
El primer registro escrito de la existencia de peregrinación
aparece en el año 1391, en el testamento de una señora de Vivero, que dice así:
“mando ir por min en romaría ó Santo André de Teixido,
porque llo teño prometido, e que lle poñan no altar unha candea do tamaño dunha
muller do meu estado” (hago ir por mi en romería a San Andrés de Teixido,
porque se lo tengo prometido, y que le pongan en el altar una vela del tamaño
de una mujer de mi estado).
Leyendas, tradiciones y supersticiones
San Andrés es un
lugar lleno de leyendas y tradiciones
que lo convierten en un enclave misterioso y atractivo para creyentes de
todo ámbito.
Vai de morto quen non foi de vivo. Cuenta una leyenda popular que San Andrés estaba triste, pues su templo se
encontraba solitario, todo lo contrario que el de Santiago Apóstol, lleno a
rebosar de peregrinos, por lo que le pidió ayuda al Señor.
Un día se le apareció el Todopoderoso en compañía de San
Pedro. Al encontrar a San Andrés tan
triste le prometió que a su templo acudirían todos los mortales, y aquel que no
lo hiciera de vivo, lo haría después de su muerte rencarnado en un animal. Así fue como el santuario se convirtió en el segundo centro de peregrinaje de toda
Galicia.
La Barca de San Andrés. Otra leyenda cuenta que San Andrés embarrancó en los
acantilados convirtiéndose su barca en una roca que hoy se le conoce como la
barca de San Andrés. En compensación, Dios, le concedió el santuario.
La
piedra de los milladoiros. Es
tradición hacer la romería llevando una piedra que se deposita en uno de los "milladoiros" que se encuentran en
lugares determinados. Según dice la leyenda, Las piedras "hablarán en el Juicio final" para
decir qué almas cumplieron con la promesa de ir a San Andrés.
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Milladoiro en Punta Sulleiro |
La
fuente del Santo, también llamada de los tres caños. Esta fuente fue realizada por Miguel López de
la Peña en 1.784 y dicen que nace debajo del altar mayor. La tradición es la siguiente: se pide
un deseo a San Andrés y para que se cumpla hay que beber agua de los tres caños (actualmente hay una
“pintada” que advierte que no es agua potable) y tirar un trozo de pan al pilón,
si éste flota el deseo se cumple.
A herba de namorar. Es una planta que se da
en los alrededores de Teixido, y se dice que es buena para solventar los
problemas de amores. Según cuenta la tradición, hay que meterle un trozo en el
bolsillo a la persona que quieres y vuestros destinos acabarán por unirse
irremediablemente.
El ramo.
Otra de las tradiciones consiste en volver de la romería con el ramo de San Andrés.
El ramo consiste en una vara de avellana, y atadas en ella, varias ramitas de
tejo. Al ramo también se le pone algo de "hierba de enamorar".
Da lo mismo si no creéis
en estas tradiciones, lo que sin duda hay
que hacer es venir a conocer este magnífico e impresionante rincón de Galicia.
Una vez visitado el lugar y disfrutado de este mágico
entorno, terminamos el viaje visitando
varios miradores:
El
Cruceiro y mirador de Os Carrís, a unos 400 metros sobre el
nivel del mar, esta situado al borde de la hondonada donde confluyen los
caminos que vienen desde Cedeira y los que vienen de Reboredo
Mirador
Punta de Sulleiro, desde
el que se puede contemplar una preciosa vista de San Andrés de Teixido
A
Garita da Herbeira, esta a
613 m de altura sobre el nivel del mar, y desde el se contemplan
unas vistas impresionantes de los
acantilados
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Foto de David Meignan |
Como las condiciones climáticas son muy variables, son muy
frecuentes el viento y la niebla que suele aparecer y desaparecer en
cualquier momento, os aconsejo que si os encontráis el día
despejado mas vale pararse primero en los miradores, pues las vistas cuando no hay niebla son impresionantes y dejar para el final la aldea.
Después de este recorrido, nos fuimos a comer a Cedeira y vuelta a casa.