Empezamos este nuevo año reseñando la nueva novela de una vieja conocida. Se trata de ¿Quién es Olimpia Wimberly?, de María Frisa, toda una novedad en muchos sentidos, incluido el más obvio, ya que esta catalana afincada en Zaragoza se ha decantado por regalarnos un thriller y abandonar, quien sabe por cuánto tiempo, la denuncia social a la que nos tenía tan bien acostumbradas con sus novelas negras.
(Las anteriores, Cuídate de mí y El nido de la araña, están reseñadas en este blog y podéis pinchar los enlaces si queréis saber algo más de su obra).La
experiencia, en mi caso, ha sido enriquecedora y ha cumplido mis expectativas,
así que os explicaré los motivos en breve.
Intentar
detener a Olimpia Wimberly es tan absurdo como intentar frenar un tren de
mercancías con la cabeza. Lleva años al mando de un equipo clandestino encargado
de solucionar crisis que ni la policía ni el FBI pueden resolver. Pero por
primera vez, tras una misión, termina en el hospital.
Es allí
donde un anciano al borde de la muerte la reconoce. Se trata de un hombre
indocumentado y sin huellas dactilares que acaba de escapar de la cabaña donde
lo han tenido secuestrado los últimos treinta años. ¿Quién es? ¿De qué la
conoce? ¿Acaso la confunde con otra persona? Olimpia decide investigar al
desconocido y descubrir qué esconde. Sin embargo, ni se imagina que, para ello,
tendrá que hurgar en las heridas del pasado que incluso se oculta a sí misma.
María Frisa
vuelve a demostrarnos su capacidad para tensionar las tramas e introducir giros
inesperados. En esta historia nos lleva desde las altas esferas del Washington
D.C. actual hasta el Nueva York de los años ochenta en un ambiente de lujo,
desenfreno, amores prohibidos y secretos inconfesables.
Título: ¿Quién es Olimpia Wimberly?
Autora:
María Frisa
Editorial:
EDICIONES B
Núm. de
páginas: 435
Encuadernación:
Tapa blanda
ISBN:
9788466673327
María Frisa es licenciada en Psicología Clínica y tiene un postgrado en Psiquiatría. Es autora de los premiados libros de cuentos Uno mismo y lo inesperado y Como entonces. También ha escrito varias novelas,entre las que destacan Breve lista de mis peores defectos, Cómo sobreviví a la madre de Pavlito. Además, es autora de la exitosa serie juvenil 75 consejos para sobrevivir. También ha escrito varias novelas negras Cuídate de mí y El nido de la araña. En este mismo género podemos enmarcar su última historia: ¿Quién es Olimpia Wimberly?.
Su obra
narrativa ha sido reconocida con numerosos galardones nacionales e internacionales
y traducida a más de diez idiomas.
La vida cotidiana de Olimpia, su familia y amigos transcurre entre las dos grandes ciudades de Estados Unidos: Nueva York y Washington, con breves escarceos a la gran casa señorial de Rochester, un pueblo ubicado en el condado de Ulster en el estado de Nueva York, que funciona como un punto estratégico, ya que apenas está a una hora en coche de Nueva York y a un par de Washington, lugares en los Corbera (familia materna de Olimpia) tienen casas abiertas.
Olimpia Wimberly, es una mujer de 37 años con un físico más que atractivo y bastante peculiar, en el que destaca su elegancia natural. De su carácter sobresalen muchos y variopintos rasgos: la tenacidad, la valentía, la inteligencia… y su afición por el matrimonio y los divorcios, por ese orden. La vida no la ha tratado demasiado mal, incluso podríamos decir que todo lo contrario, a no ser que perdió trágicamente a su madre en su infancia, aunque –o quizás como consecuencia de ello- siempre ha estado rodeada de una familia que la ha cuidado y protegido y todo ello viviendo en la abundancia, que todo ayuda. Tiene algunas debilidades, no muchas, como la mencionada de casarse y descasarse, pero eso es peccata minuta, aunque vaya por el cuarto marido. Hasta ahora.
“Oficialmente”
se dedica al mundo del arte contemporáneo, siendo propietaria de la Wimberly Art Gallery, claro que en verdad
este negocio le sirve de tapadera para hacer lo que realmente le gusta:
resolver “crisis” que nada tienen que ver con las financieras (aunque el dinero
esté implícito en ellas), personales (aunque quienes acudan a ella no se
encuentren en su mejor estado o con sus capacidades plenas) o naturales (aunque
muchas se puedan asemejar a un terremoto existencial por sus consecuencias).
No, lo suyo es más prosaico, Olimpia Wimberly y su equipo, pequeño, pero
escogido, atienden algunos casos que ni la policía, ni el F.B.I. son capaces de
solucionar.
El equipo lo
componen:
Jacob, el
coordinador del equipo y un personaje muy complejo, propietario de un físico
que se corresponde con los cánones de belleza tradicionales; de hecho, le
apodan el bello. Se encarga de las investigaciones y, como todo lo hace a
conciencia, es meticuloso hasta la obsesión y gracias a Internet y lo que no es
internet, ha encontrado la herramienta definitiva a todo cuanto le intriga, le
interesa o le despierta curiosidad. Ya desde sus primeros años tenía una gran
capacidad para detectar las debilidades de los demás pero con la red ha
desarrollado esta “cualidad” a altos niveles. Para él ninguna información es
demasiada y su mayor afición es averiguar cosas de las personas que conoce.
Tiene un concepto muy relajado de la privacidad y no siente ningún pudor al
respecto. Forma parte del equipo no por dinero, sino por Olimpia.
Blake, es un tipo enorme, en muchos sentidos, pero literalmente es lo más parecido a un armario ropero. Tiene los ojos oscuros y pequeños que contrastan con las largas pestañas. La nariz rota, recuerdo de sus tiempos de boxeador. Es tan inexpresivo que resulta difícil saber si solo analiza o si en realidad tiene algún tipo de sentimiento. Trabajó como agente encubierto para la CIA. Prefiere observar, piensa antes de hablar y sopesa las consecuencias de sus palabras, lo mismo que las de sus actos.
Erika, es
camaleónica y una virtuosa del disfraz, capaz de mimetizarse en cualquier
ambiente y hacerse pasar por quien quiera. Tiene un pequeño problema: es
ludópata y le gusta gastarse todo lo que gana apostando.
También hay
algunos otros personajes, como los familiares de la protagonista, amigos y
exmaridos que van pululando por las páginas y dando contenido y explicación a
ambas tramas, como, por ejemplo:
Carlotta di
Corbera, tía de Olimpia, (Lotti). Nunca se casó ni tuvo hijos, por lo que, al
morir trágicamente su hermana, se ocupó y educó a Olimpia como si ésta fuera su
propia hija. Carlotta es una mujer de carácter y de altas convicciones morales,
muy bien relacionada en la alta sociedad americana, tiene personalidad, dinero
y bienes propios por lo que nunca ha necesitado a nadie para hacer lo que
quiere hacer.
Olimpia di Corbera, (Pía) la madre de Olimpia Wimberly, una mujer muy diferente a su hermana, inteligente, con una belleza exuberante (que su hija heredó), pero algo alocada y caprichosa; siempre conseguía todo lo que quería. Pía se casó muy joven con Aaron Wimberly, tan atractivo como acaudalado y, que, casualmente, también formaba parte de ese grupo de personas de un altísimo nivel social y económico.
Robert de Kerr, escritor parvo en talento pero que llegó a conseguir sus quince minutos de gloria. Desapareció misteriosamente cuando su más exitosa novela se publicó y que de la misma manera tan enigmática, volvió a reaparecer 30 años después.
La trama se realiza en dos espacios temporales:
La primera
transcurre durante los años 80 del pasado siglo, en la ciudad de Nueva York.
Allí tenemos ocasión de ver como la alta sociedad, entre los que se encuentran
Olimpia (Pía) di Corbera, la madre de nuestra protagonista, y Carlotta su tía
se divertían en la discoteca Studio 54 junto a los artistas, cineastas y
escritores más destacados de esa época. Allí vivían una vida loca y
desenfrenada en la que el abuso del alcohol o las drogas de todo tipo tenía
categoría de religión.
La otra
trama nos sitúa en el año 2018, en Nueva York, lugar en el que Olimpia Wimberly
desarrolla sus dos actividades, la oficial y la oficiosa.
La novela
está estructurada en tres partes, cada una de ellas, empieza con un pasaje del
libro El arte de la guerra, de Sun Tzu: la primera que trata: Sobre la
evaluación, la segunda: Sobre la media en la disposición de los medios, y la
tercera: sobre el enfrentamiento directo e indirecto.
Una novela muy diferente a las que hasta ahora he leído de esta autora, que me ha encantado y que recomiendo a todo aquel que disfrute con este género, ya que cumple con todas las premisas del mismo: desde un ritmo vivaz, incluso desbocado en ocasiones a unos capítulos cortos que le dotan de ligereza y con una calidad literaria palmaria, en donde el misterio y la acción van de la mano. A todo ello hay que añadirle un argumento viable, sencillo, que te permite empatizar con la protagonista y emprender ese largo viaje existencial en el que se halla inmersa y los dilemas morales que tiene que abordar desde una profunda humanidad, porque es vulnerable.
Y aun así,
puede que te surja la pregunta del millón: ¿Esta novela se puede tildar de
fácil? Se puede, pero también te puedo asegurar que no hay trampa ni cartón en
ella, precisamente porque destila honestidad y es lo más fascinante que he leído
en mucho tiempo, porque da igual en qué etapa se desarrolle la historia, esas
idas y venidas de una época a otra, ya que la recopilación de las dos nos
descubre que los personajes que la pueblan son la viva imagen de la emotividad
cubierta por finas y trabajadas capas de materia humana.